Las grandes empresas españolas han asumido su rol como “impulsores” y “motores” de una transición ecológica que consideran “costosa”, pero necesaria para su supervivencia como organizaciones a largo plazo. Una conclusión a la que han llegado Nuria Rodríguez, directora de Medioambiente y RSC de Naturgy, y Alberto Castilla, socio de sostenibilidad de la firma consultora EY, en el Forbes Summit Sustainability de Barcelona.
“Esta transición va a ser costosa y dolorosa, porque supone un cambio profundo en nuestra manera de vivir, de consumir, de relacionarnos”, ha advertido Rodríguez. Sin embargo, ha reconocido que no actuar no es una opción: “Para una empresa como Naturgy, no actuar significa que en el 2050 si no hemos hecho los deberes antes, no podamos ser relevantes o seguir existiendo”.
El coste de no actuar
Por su parte, Castilla ha recordado que las estimaciones sitúan entre un 10 y un 35% del PIB las pérdidas económicas que supondrán de aquí a 100 años los costes de la inacción en cuanto a la crisis climática. El consultor ha identificado dos principales riesgos: el de la propia transición y el del “cambio físico en los espacios debido a catástrofes”. No obstante, Castilla ha asegurado que “quienes sufren el riesgo de transición no siempre son los mismos que van a sufrir el riesgo físico”.
Para superar este reto a nivel de incentivos para impulsar los cambios necesarios, ha defendido que “el liderazgo público y el rol de las empresas es muy importante”. Ambos han coincidido en que los beneficios ya no son lo único relevante en los resultados de una compañía: “Vamos a ver la empresa tridimensionalmente en cuanto a su aportación neta al conjunto”, ha señalado la representante de Naturgy, que ha mencionado la brecha de género, la sostenibilidad y la acción social como temas fundamentales.
Alternativas al viejo modelo
Además, la directiva ha destacado la necesidad de “plantear una alternativa sostenible” cuando se impulsan decisiones “con valentía” para transformar el modelo de negocio, ya que ello genera también costes. Como ejemplo ha citado el cierre de las centrales de carbón de la compañía eléctrica hace tres años, que supuso “un desajuste impresionante” para las zonas afectadas.
Judit Carrera, directora del CCCB, ha añadido que “la cultura debe realizar una tarea de sensibilización y de compromiso en el sentido de la supervivencia humana en el planeta y debe hacerlo desde la esperanza en el futuro y no el miedo”. Anna Gener, consejera delegada de Savills Aguirre Newman, ha valorado que “los retos que afrontamos van de llevar a cabo las grandes transformaciones que necesitamos para organizar nuestra sociedad en torno a la sostenibilidad, la innovación y la cohesión social”.