Marina Port Vell aspira a convertirse en el primer destino de superyates en el Mediterráneo. Para alcanzar este objetivo, la sociedad que opera el muelle de Barcelona para embarcaciones de gran envergadura ha anunciado una inversión de 20 millones de euros para reforzar su posicionamiento en esta categoría frente a otros puertos.
El plan incluye la construcción de 23 nuevos amarres para yates de hasta 70 metros, que elevará el número de puntos de atraque hasta 55 y la superficie total de amarre hasta 8.531 metros cuadrados. Además, la operación modificará el entorno urbano mediante la remodelación de la lámina de agua y la ampliación de las zonas verdes que rodean el muelle. Las obras empezarán durante el primer trimestre de 2022 y tendrán una ejecución estimada de ocho meses.
Mercado en auge
El director general de Marina Port Vell, Ignacio Erroz, ha enmarcado esta inversión en el proceso de reposicionamiento de la infraestructura. “Estamos inmersos en un proyecto de reposicionamiento que los datos avalan. En los últimos 20 años, los yates de gran eslora han aumentado un 70%”, ha explicado.
La marina ya reformó sus instalaciones en 2016 para acoger embarcaciones de lujo de más de 100 metros de longitud. Cinco años después, el muelle adopta un nuevo impulso modernizador para afianzarse como una estructura especializada en el sur de Europa. La transformación afectará los amarres destinados a las naves de menor tamaño, que serán reubicadas en otras plataformas para liberar espacio para la maniobrabilidad de los yates.
Retorno económico
Por su parte, el presidente del Port, Damià Calvet, ha vinculado la remodelación con el propósito de convertir el puerto en un hub náutico que impulse la economía catalana. “La economía azul genera más de 15.000 puestos de trabajo directos e indirectos y 3.750 millones de euros de facturación anual”, ha detallado el exconsejero de Territorio.
En concreto, el muelle de superyates tiene un impacto socioeconómico directo que, en 2019, supuso 180 millones de euros de aportación al PIB de Barcelona y la creación de 3,1 empleos por cada amarre. “Queremos ayudar a que Barcelona sea una de las principales referencias turísticas a nivel europeo y mundial. El Gobierno invertirá en los próximos años 1.000 millones de euros para este objetivo”, ha añadido el subdelegado de Gobierno, Carles Prieto.
Plan sostenible
Los nuevos amarres que se instalarán en el Port Vell estarán totalmente electrificados. Asimismo, se implantará un sistema de suministro de combustible que reducirá el riesgo de contaminación ambiental y mejorará la seguridad de la infraestructura.
Se tratará de una red de suministro mediante bombeo de 510 metros de tuberías que surtirá las zonas de Barceloneta, Rellotge y el pantalán C. Por último, el plan de paisajismo para aumentar las áreas verdes afectará a un total de 17.367 metros cuadrados en los alrededores del muelle. Los promotores de la operación no han aclarado si la nueva marina se abrirá al público general o seguirá restringida a la tripulación y propietarios de las embarcaciones.