La Agencia Tributaria de Cataluña (ATC), también conocida como Hacienda catalana, convocará en los próximos días un total de 120 plazas para el cuerpo técnico de gestores tributarios. Es la mayor convocatoria de plazas de su historia.
Se trata de una dotación de personal que formaba parte de la oferta de ocupación pública que se aprobó a finales de 2019, y con estas 120 plazas el ente dará un salto importante en materia de personal. Más aún porque, además de esta convocatoria, está pendiente otra de 20 plazas para el cuerpo superior de inspectores tributarios, que está previsto que se lance en el segundo semestre de 2022.
La plantilla pasará de 780 a 900 personas
En los últimos años la ATC ha experimentado un crecimiento importante, que ha hecho que actualmente cuente con 780 personas, y con estos dos nuevos procesos selectivos rebasará los 900 empleados.
En concreto, la ATC dispone de un total de 203 gestores tributarios, con lo que este organismo acabará teniendo un total de 323 efectivos de este cuerpo técnico cuando se incorporen a la plantilla esas 120 personas, algo previsto para finales de 2022 o principios de 2023, ya que se trata de un proceso largo, que consta de cuatro pruebas y un curso de formación específico. Asimismo, la Hacienda catalana cuenta actualmente con 24 inspectores tributarios, por lo que las 20 plazas que se habilitarán harán que finalmente este organismo pueda sumar 44 inspectores.
Compromiso de Giró
Ambas convocatorias forman parte del compromiso adquirido por el consejero de Economía, Jaume Giró, en su primera comparecencia ante el Parlament de potenciar la Agencia Tributaria de Cataluña y la lucha contra el fraude fiscal.
"Me gustaría que Cataluña destacara por ser implacable contra el fraude fiscal y por generalizar una cultura pública en la cual el delito fiscal fuera considerado un crimen inaceptable contra la sociedad", aseguró Giró en aquella comparecencia, celebrada a finales de junio.
1.163 millones aflorados en seis años
Además de ir gestionando cada vez más impuestos, tanto propios como cedidos, en los últimos años la ATC se ha volcado en la lucha contra el fraude fiscal. En 2015 logró hacer aflorar 190,4 millones de fraude fiscal, otros 170 millones en 2016; 196,8 millones en 2017; 183,3 millones en 2018; 203,7 millones en 2019 y 218,9 millones el año pasado, lo que arroja un balance de 1.163,2 millones destapados en estos seis ejercicios.
El año pasado, marcado por la pandemia, la Agencia Tributaria de Cataluña logró aflorar un 7,5 % más de dinero procedente del fraude fiscal, el 71 % del cual se concentra en los impuestos de Sucesiones y Donaciones y en el de Patrimonio.
47.671 inspecciones
Por figuras tributarias, el año pasado la ATC destapó 91,7 millones de euros defraudados en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones; otros 63,9 millones en el de Patrimonio y 60,4 millones en el de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, mientras que el fraude descubierto en otros impuestos ascendió a 3 millones. Por ámbitos de actuación, la inspección se consolidó en 2020 como la vía que ha levantado un importe de fraude más elevado, con 124,9 millones de euros, seguida de la gestión tributaria, con 82,3 millones, y la recaudación, con 11,8 millones.
El año pasado la ATC realizó un total de 47.671 actuaciones relacionadas con la lucha contra el fraude fiscal y el importe medio por actuación fue de 4.594 euros, lo que supone también un récord.