La abrupta ruptura de negociaciones entre Moncloa y la Generalitat por la ampliación del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat tiene consecuencias más allá del plano político. Las acciones de Aena, gestor de la red pública de aeropuertos y propietaria de la infraestructura, sufren un duro castigo por parte de los inversores, con descensos que se aproximan al 3%, casi el triple de los registrados por el Ibex 35.

Tras algo más de una hora de sesión, Aena es uno de los cinco valores con peor comportamiento de todo el Mercado Continuo; las acciones de la empresa cortan de raíz una racha alcista que le había llevado a una progresiva recuperación desde mediados del pasado julio cercana al 8%, espoleada por la moderada recuperación del turismo durante la temporada de verano.

Adiós a 1.700 millones de inversión

La decisión del Gobierno central de abandonar los planes para la ampliación de la infraestructura debido a las múltiples desavenencias con la Generalitat, supone decir adiós a una oportunidad de inversión de 1.700 millones de euros, algo que no ha pasado precisamente desapercibido para el mercado.

El comportamiento bajista de Aena se enmarca también en el tono general de la bolsa, que ha iniciado la jornada del jueves a la baja, ante la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) confirme que comenzará a retirar los estímulos para la recuperación económica.

Oportunidad perdida

Sin embargo, los retrocesos del gestor aeroportuario son netamente superiores a los del selectivo, cuyos descensos se sitúan en torno al punto porcentual.

Los expertos consideran que la noticia penaliza los intereses de la compañía debido a que supone la pérdida de una oportunidad para relanzar uno de sus principales activos cuando, además, ha sido una de las compañías más castigadas del mercado por la crisis debido a su exposición tanto al ciclo como al sector del turismo.

Incertidumbre

“Los inversores también penalizan el hecho de que las luchas políticas incidan en el desarrollo de los negocios de la compañía; son aspectos que quedan al margen de los fundamentales de la empresa y que escapan al control de los gestores”, apuntan desde un banco de negocios internacional.

Esta circunstancia deriva en uno de los factores más perjudiciales para las empresas cotizadas, como es la incertidumbre.

Fin a una racha alcista

En lo que va de año, las acciones de Aena acumulan un descenso superior al 6%, en contraste con el avance próximo al 9% que refleja en el mismo periodo el Ibex 35. Una señal de que las compañías relacionadas con el turismo siguen atravesando una dura travesía en el desierto que, en el caso de Aena, se ve además agravada por el factor político.

En este sentido, el presidente de Aena, Maurici Lucena, ha señalado este jueves que el proyecto de ampliación quedará en suspenso al menos durante cinco años, en tanto en cuanto hasta entonces no se iniciará un nuevo periodo regulatorio que haga propicio un plan al respecto de remodelar el aeropuerto barcelonés.

El Estado, principal perjudicado

En declaraciones a Catalunya Radio, Lucena ha condicionado no obstante la posibilidad de retomar el proyecto en ese plazo a que “las circunstancias en Cataluña hayan cambiado y haya un sustrato político que vea más adecuada esta inversión”.

El Estado es el principal perjudicado por el errático comportamiento bursátil de la compañía, toda vez que se mantiene como su accionista mayoritario con una participación del 51% desde que la empresa salió a bolsa, en febrero de 2015, en el marco de su privatización parcial.

Actualmente, la capitalización bursátil de la compañía se sitúa en torno a 20.300 millones de euros, de modo que el paquete de acciones en manos del Estado está valorado en unos 10.350 millones.