La notable subida de los precios de la electricidad, que se ha convertido en un problema de primer orden para millones de consumidores y de empresas en España, es el precio a pagar por la ambiciosa transición energética impulsada por los gobiernos en los últimos años. Así lo ha manifestado el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, que además ha lamentado que los esfuerzos de toda Europa por la descarbonización caen en saco roto al no tener continuidad en otras grandes economías.
“Habitualmente hago la misma pregunta: ¿quién paga la transición energética? Y ahora estamos viendo la respuesta, la estamos pagando los consumidores y la competitividad de las empresas”, ha aseverado el ejecutivo. Durante su intervención en una nueva edición del Foro Energético que organiza el diario El Economista, Imaz ha relacionado el incremento de los precios de la electricidad con la espiral alcista de los derechos de emisión de CO2, que precisamente persigue desincentivar el incremento de la huella de carbono en la economía.
Más derechos en el mercado
Sin embargo, Imaz considera que, lejos de lograr el objetivo, lo único que logra esta política es desplazar la producción “a países como Turquía, India y China, que elevan de forma notable las emisiones”, dado que en ellos no rige el principio europeo de que quien contamina, paga.
“Está muy bien que Europa lidere la transición energética pero sólo emite el 7,7% de los gases contaminantes en todo el mundo”, ha explicado Imaz, quien ha instado a los gobiernos europeos a poner en el mercado más derechos de emisión con el objetivo de bajar los precios y, junto a ello, establecer mecanismos de ajustes en frontera para evitar el incentivo de desplazar la producción.
Una triple subida
“Llevamos mucho tiempo preguntando por el coste de la transición y ahora vemos quiénes la están pagando; ha sido un elefante que estaba delante de todos nosotros pero que no veíamos”, ha expuesto gráficamente Imaz, que también ha advertido que el consumidor deberá afrontar también las subidas del gas natural y de las gasolinas.
En el mismo encuentro, el consejero delegado de Acciona Energía, Rafael Mateo, también ha acusado a la Administración de falta de reflejos aunque, en este caso, en referencia a la dependencia energética, a la que ha responsabilizado del movimiento inflacionista que se ha producido en el mercado eléctrico, consecuencia directa de la subida del gas.
La "distracción" del Gobierno
“Nuestro problema se llama dependencia del gas, algo que sabemos desde hace mucho tiempo pero no hemos hecho nada para evitarlo”, ha apuntado Mateo, junto con el dato de que esa dependencia tiene un coste de 45.000 millones de euros anuales, el valor de la energía que España se ve obligada a importar para asegurar el suministro.
Para Mateo, la solución pasa por “apostar por el único recurso energético que tenemos, que son los de naturaleza renovable. Da la sensación de que nos hemos distraído y hemos destinado demasiados recursos a algo que no tenemos, como el gas”.
Apuesta renovable
El ejecutivo de la recién estrenada en bolsa Acciona Energía ha rechazado, frente a la opinión generalizada en el sector, que el gas natural sea básico para sostener la transición energética. “El gas es caro y eso afecta tanto a la factura de la luz como a la competitividad de las empresas. Dejémoslo para fenómenos concretos como Filomena” (en referencia a la tormenta que se produjo a comienzos de año y que disparó la demanda energética ante la brusca bajada de las temperaturas”.
En línea con Imaz, Loreto Ordóñez, consejera delegada de Engie en España, también ha responsabilizado a la transición energética de la subida eléctrica aunque, en este caso, por las cargas que figuran en el recibo, al margen del consumo.
La ejecutiva ha hecho un llamamiento a revisar ese porcentaje superior al 60% de la factura que no tiene que ver directamente con el mercado en lugar de plantearse, como ha hecho el Gobierno, una modificación del sistema de fijación de precios. “No somos partidarios de tocar el mercado mayoristas por culpa de dos trimestres de tensión en los precios”.
Exceso de coste
Al coste de la transición se ha encargado de ponerle cifras el consejero delegado de Endesa, José Bogas, que ha recordado que el despligue inicial de las renovables en España, focalizado en los años 2007 y 2008, tuvo una carga de unos 10.000 millones de euros durante 25 años. “Es decir, 250.000 millones de euros, que es lo que estamos pagando. Está claro que costaron demasiado”.
Para Bogas, la solución no pasa por acabar con la retribución a las nucleares y las hidroeléctricas, a lo que apunta una de las medidas que el Gobierno está tramitando en las Cortes. Ni tampoco por la creación de una empresa pública, una opción que genera discrepancias en el seno de Moncloa.
Nucleares, a pérdidas
También se ha referido al fin de esas retribuciones la consejera delegada de Iberdrola España, Ángeles Santamaría, al recordar que durante los últimos cuatro años la industria nuclear está produciendo electricidad a pérdidas, debido a la elevada carga fiscal que soporta desde comienzos del presente siglo.
En este sentido, Santamaría ha instado a encontrar una solución, toda vez que “igual que las empresas del sector tenemos un compromiso para cerrar progresivamente las plantas nucleares de aquí a 2035, también tenemos un compromiso con los accionistas para evitar producir a pérdidas”.