Banco Sabadell ha anunciado este lunes su intención de iniciar un expediente de regulacion de empleo (ERE), en el marco del plan estratégico 2021-2023 diseñado por la entidad para abaratar costes. De hecho, el ajuste de personal llega después de que la compañía haya cerrado el pasado agosto 100 oficinas en toda España.
Por el momento, el grupo no ha detallado cuántos trabajadores se verán afectados por los despidos. Aunque ha indicado que incluirá un mecanismo de prejubilación y de bajas incentivadas, así como un plan de recolocación "por encima de los estándares del mercado".
1.800 despidos en 2020
Además, el ERE se produce después de que a finales de 2020, la entidad presidida por Josep Oliu pactase con los sindicatos la salida voluntaria de alrededor de 1.800 empleados mediante un acuerdo de prejubilaciones. Esta misma cifra es una de las que se barajan para este ERE, pese a que todavía no hay anuncios oficiales por parte de la compañía.
El próximo jueves, 2 de septiembre, la dirección del banco detallará a la representación legal de los trabajadores el calendario y la afectación del ajuste, de acuerdo con los pasos legales previstos en este tipo de procesos.
Indignación entre los trabajadores
Los comités han reaccionado con indignación al procedimiento abierto por la entidad. Nuria Lobo, secretaria general de políticas sindicales de CCOO en el sector financiero, ha declarado que la medida ha cogido con "sorpresa" a los empleados. "Creíamos que tras cerrar los 1.800 despidos en diciembre y tras la contratación de 200 nuevos trabajadores este año, no haría falta tomar nuevas medidas", ha reconocido.
La organización también ha criticado que el banco no haya especificado las causas por las cuales plantea los despidos. "No sabemos si es por causas económicas, organizativas o técnicas, ni cuál es el plan organizativo que tiene la empresa en la cabeza", ha añadido Lobo.
Aumento de los beneficios
Banco Sabadell cerró el primer semestre de 2021 con unos beneficios de 220 millones de euros, un incremento del 51,5% en términos interanuales. Este resultado se apoyó sobre un sólido comportamiento del negocio bancario y lae actividad hipotecaria, así como en la aportación de 39 millones por parte de la filial británica TSB.
En la presentación de los resultados, el consejo de administración de la entidad propuso recuperar el reparto de dividendos, una vez levantado el veto por parte del Banco Central Europeo (BCE). En concreto, planteó un pay-out del 30%, en sintonía con la política de los ejercicios anteriores a la crisis sanitaria.