El precio de la electricidad volverá a desbocarse este martes, en el tercer récord histórico que registra el mercado en poco más de veinte días, aunque lo peor para el sufrido consumidor es que las perspectivas del mercado apuntan a cifras aún más elevadas de aquí a final de año, especialmente en los dos últimos meses, en los que podrían verse precios por encima de 130 euros por megawatio/hora.
La tendencia a la que apuntan los futuros del mercado mayorista habla de una estabilidad de las elevadas cifras que se están registrando durante el verano e incluso de un considerable repunte en torno al inicio del mes de noviembre, en el que los precios medios se podrían ir por encima de 110 euros por MW/h.
Los indicadores apuntan que al menos hasta la llegada de la próxima primavera no se apreciará una cierta desaceleración de los precios mayoristas de la electricidad, cuya evolución repercute en tiempo real en aquellos consumidores que están adscritos al llamado mercado regulado y la figura del precio de venta del pequeño consumidor (PVPC). Un sistema planteado, en principio, para las rentas más bajas y cuya utilización ha sido recomendada en numerosas ocasiones por los diferentes gobiernos desde su implantación, tras la reforma eléctrica de 2013.
Disparada al final de año
Las señales que manda el mercado en estos momentos hablan de una tendencia alcista durante los próximos meses, concretada en subidas de entre el 10% y el 15% en relación con los precios que ya se están registrando en estos días.
De este modo, los consumidores deberán afrontar una recta final de año complicada, precisamente en fechas en las que la demanda es elevada debido a la bajada de las temperaturas y a un mayor tiempo de presencia en los hogares.
Hasta primavera
Para el inicio del año 2022, los futuros indican una suave desaceleración que, no obstante, se traduciría en volver a las cotas que el mercado registra en la actualidad; de este modo, no sería hasta el inicio del segundo trimestre, tradicionalmente el periodo menos inflacionista del mercado, cuando se viera una corrección a la baja algo más significativa, en el entorno del 20%.
El propio Gobierno ya admitió semanas atrás que los elevados precios de la electricidad se mantendrían durante algunos meses; la prueba de que cuenta con información fiable que así lo corrobora es la celeridad con la que ha tomado medidas como la supresión temporal del impuesto a la generación y la aplicación del tipo reducido del IVA (10%) al recibo de la luz, que hasta entonces soportaba el convencional, del 21%.
Máximos continuados
Sin embargo, los esfuerzos del Ejecutivo en este punto se han visto desbordados por el comportamiento del mercado, sin parangón hasta la fecha.
Este martes, la electricidad será más cara que nunca en España aunque, casi cada día que pasa, esta frase pierde grandes dosis de excepcionalidad. La prueba es que en poco más de 20 días se ha podido pronunciar o escribir hasta en tres ocasiones sin faltar a la verdad.
Un mínimo por encima de 100 euros
No obstante, los datos correspondientes a la jornada del martes llaman la atención tanto por la holgura con la que se ha batido el anterior registro histórico (casi un 5%, frente a los 106,74 euros de este lunes, último máximo de siempre) como por el hecho de que, también de forma inédita, el precio mínimo del MW/h durante toda la jornada se sitúa por encima de los 100 euros.
Es decir, al consumidor no le queda ni siquiera recurrir a una escapatoria de tipo horario: tan solo podrá elegir entre un precio muy caro y otro directamente disparatado.
Un 40% más cara que en Francia
Además, se da la circunstancia de que en estos días se están registrando diferencias muy considerables en el mercado ibérico de la electricidad (que comparten España y Portugal, con un elevado grado de interconexiones) con otros como el francés y el alemán, en los que la electricidad se está pagando estos días más de un 40% más barata.
Lejos de corregirse, los factores que han impulsado los precios hasta terrenos inexplorados continúan en pleno auge. Los precios de las materias primas presionan la generación de electricidad con tecnologías tradicionales, especialmente en el caso de los ciclos combinados, que cubren el aun notable hueco que dejan las energías renovables con vistas a asegurar el suministro.
Derechos disparados
Además, las condiciones climatológicas tampoco juegan a favor del actual escenario. El escaso viento impide que la eólica, una de las energías más baratas, eleve su peso en el pool; por su parte, y aunque su desarrollo en los últimos trimestres es muy notable, la solar todavía es relativamente escasa para influir en la formación de precios del mercado, además de contar con el inconveniente de su límite de horas de generación por motivos obvios.
Al tener que recurrir con mayor intensidad a plantas tradicionales, el peso del precio de los derechos de emisión de CO2 en el mercado mayorista de la electricidad aumenta por momentos. Este mercado está experimentando una tendencia inflacionista aun mayor y ya se habla de superar a corto plazo la cota de 100 euros por tonelada, cuando hace un año apenas superaba los 30.