Caixabank ha sorprendido al mercado al anunciar la propuesta de su consejo de administración de repartir entre sus accionistas un dividendo del 50% de su resultado ajustado, a pagar ya en 2022, cuando anteriormente había manejado la idea de un ‘pay-out’ del 30%. La entidad cerró el primer semestre con un beneficio de 1.278 millones, sin tener en cuenta los efectos extraordinarios de la fusión con Bankia.
El resultado atribuido hasta junio fue de 4.181 millones de euros, cifra que incluye la diferencia negativa por consolidación de los activos de Bankia (valorados en 4.300 millones, que fue ya incluida en las cuentas del primer trimestre) así como gastos extraordinarios y dotaciones a provisiones por 1.397 millones de euros, partida relacionada principalmente con el ajuste laboral recientemente acordado con los sindicatos.
Mayores sinergias
Además, a la vista de la evolución del negocio en estos primeros meses como entidad única, Caixabank ha decidido revisar al alza un 22% su objetivo de sinergias y ahorro de costes derivados de la fusión, que ahora se sitúa en 940 millones de euros anuales.
Durante los seis primeros meses del año, los ingresos core, procedentes de la actividad puramente bancaria, ascendieron a 5.641 millones de euros, un 2,3% más que la cifra proforma procedente de la combinación del antiguo Caixabank y Bankia en el mismo periodo de 2020.
Cambio de perfil crediticio
Pese a este incremento, el margen bruto se redujo un 0,6% debido a los menores ingresos por operaciones financieras y el incremento en otros gastos de explotación.
El margen de intereses también experimentó descensos, en este caso del 2,3%, como consecuencia del impacto de los menores tipos de interés y el incremento de los créditos ICO y al sector público en la cartera de la entidad, en detrimento de la financiación al consumo.
Solvencia estable
En relación con la solvencia, la ratio CET1 fully loaded se ha situado en el 12,9% al cierre del semestre, por encima de lo previsto con la integración y pese al consumo de capital que han supuesto los aspectos relacionados con la fusión, como el recorte de plantilla, que se ha traducido en una reducción de 83 puntos básicos, y aspectos regulatorios.
El descenso total en los seis primeros meses del año ha sido de 77 puntos básicos, compensado parcialmente por los 64 puntos básicos aportados por la evolución orgánica de los negocios, que superó las previsiones iniciales.
"Intenso trabajo de integración"
Por su parte, la ratio de morosidad se ha incrementado tres décimas en los seis primeros meses del año, hasta alcanzar el 3,6%, mientras que la ratio de cobertura fue del 64%, tres puntos por debajo de la registrada al cierre del año.
A través de un comunicado de la entidad, su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, ha atribuido la revisión al alza de los objetivos de sinergias producto de la fusión con Bankia a “cuatro meses de intenso y fructífero trabajo de integración”.
Dividendo prioritario
El ejecutivo también se ha referido a la decisión del consejo de modificar la política de dividendos, con un incremento del pay-out al 50% y a este respecto ha asegurado que la entidad se encuentra “en unos niveles muy confortables de capital y con una excelente gestión del riesgo y, por ello, es prioritario retomar una remuneración adecuada para nuestros accionistas”.
Entre ellos destacan la Fundación Bancaria La Caixa, que es el primer socio de la entidad financiera, con una participación que supera levemente el 30%; y el Estado, que ostenta a través del FROB, algo más de un 16% del capital.
Solidez de balance
En términos de balance, Caixabank alcanza un volumen de negocio por encima de 964.000 millones de euros, de los que algo más de 600.000 millones se corresponden con recursos de la clientela, un 44,7% más tras la incorporación de Bankia.
El patrimonio gestionado en fondos de inversión, carteras y sicav se sitúa en 105.040 millones y los planes de pensiones alcanzan los 46.416 millones.