La quinta ola de la pandemia no ahogará el “sólido” crecimiento de la economía catalana que ha experimentado en el segundo trimestre y que se incrementará en el tercero y cuarto de este año. El consumo y la inversión, estimulada por el aumento de la demanda agregada y las condiciones crediticias favorables, permitirán un crecimiento del 6,3% en 2021 y un 6,7% en 2022, en línea a otras previsiones, como la del BBVA. Es la previsión de la Cámara de Comercio de Barcelona, que ve esa recuperación dividida en dos años, con una recuperación en todos los ámbitos y que tiene una amenaza latente: la posibilidad de que la inflación se convierta en crónica en los próximos meses.
Los cálculos de la Cámara de Comercio, a cargo del economista Joan Ramón Rovira, han tenido en cuenta el posible freno de la quinta ola de la pandemia, aunque falta por ver en qué grado puede afectar al sector del turismo en el mes de julio, después de un auge “importante” de las reservas hoteleras a partir de mayo. La idea, sin embargo, es que a partir de octubre la posible incidencia quede diluida con el incremento de la campaña de vacunación y con el descenso de contagiados, “como ya se está comprobando ahora”, según Rovira.
Fuerte crecimiento a partir de octubre
El llamado círculo virtuoso de la economía se está produciendo, a juicio de los estudios de coyuntura de la Cámara de Comercio. “Cuando se produce la recuperación, los empresarios contratan trabajadores y con esos contratos se dinamiza la economía, aumentando el crecimiento”, ha asegurado Rovira, que destaca el indicador de confianza empresarial. Se trata de un crecimiento del 9,8% para el tercer trimestre y se queda a 3,5 puntos de recuperar el nivel pre crisis, en el primer trimestre de 2019.
Esa mayor recuperación está conectada a los sectores que peor lo han pasado durante la pandemia. La confianza empresarial aumenta y es más intensa en función a la mayor contracción que se experimentó en los últimos meses. Son las empresas de menos de 50 asalariados –apunta la Cámara de Comercio— las demarcaciones de Tarragona y Girona –en plena campaña turística—y el sector de la hostelería y el transporte –y en menor medida el comercio—los que pronostican mejores perspectivas para los próximos meses.
Por debajo de 100.000 trabajadores en ERTE
La situación ahora, a juicio del equipo de economistas de la Cámara, que preside Mònica Roca, se podría comparar con una rampa de lanzamiento que cobrará intensidad al final del tercer trimestre y el cuarto trimestre de este año. La aceleración del PIB para el tercer trimestre se calcula en un 3,5% en comparación al segundo, que ya significará un aumento del 1,2%. Y ese ritmo se mantendrá para acabar el año. “Se trata de una recuperación sólida, en todos los sectores y que se mantendrá este año y el siguiente”, ha insistido Rovira.
Lo primero que se recupera, según la Cámara de Comercio, es el mercado laboral, con el sector turístico, pero también gracias al sector industrial, que está ejerciendo de locomotora, con exportaciones de bienes de equipo, que suponen una palanca para otros ámbitos económicos. Por primera vez, en todos estos meses, el número de trabajadores en ERTE se ha quedado por debajo de los 100.000. Mantener esa tendencia permitirá, a lo largo del año, redudir la tasa de paro al 13,3% en 2021. Y el aumento del empleo efectivo será del 4% este mismo año, según esos cálculos de la Cámara de Comercio.
El problema que se puede generar, a medio y largo plazo, guarda relación con la inflación. Aunque para Rovira el aumento se explica en gran medida por el alza de los precios de la energía –“que exige un debate en profundidad porque es algo estructural en España”—existe el riesgo de que se “cronifique”. En Cataluña, el IPC se ha llegado hasta el 2,6% en términos interanuales en junio. Se trata del valor más elevado desde abril de 2017. “Si se suman futuros aumentos similares en las materias primas o en la falta de suministros en la industria, los incrementos de precios podrían trasladarse a los salarios y convertir en estructural lo que ahora es un fenómeno coyuntural, y, por tanto, transitorio”, según el estudio de la Cámara.