La dirección de Repsol contrató en su día los servicios de la compañía Cenyt aunque sin conocer la vinculación de este sociedad con el excomisario de policía José Manuel Villarejo. La finalidad era investigar las maniobras que llevaba a cabo Sacyr junto a Pemex, dos de sus accionistas en el momento de la contratación para tomar el control de la energética.
Esta ha sido la versión que ha dado la representación legal de Repsol ante la Audiencia Nacional, que en su día citó a Repsol como imputada en una de las piezas separadas del caso que se sigue contra Villarejo, acusado de labores de espionaje.
Maniobras de control
Repsol ha defendido en el interrogatorio el hecho de haber contado con los servicios de Cenyt al asegurar que se trató un movimiento completamente legal; asimismo, ha justificado el hecho de haber acudido concretamente a esa sociedad para contar con los servicios que presta tanto por su prestigio como con el aval que suponía el hecho de que hubiera trabajado también para la Adminstración y otras empresas del Ibex 35.
El Alto Tribunal investiga los hechos acontecidos en torno la denominado “Proyecto Wine”, consistente en la investigación a Luis del Rivero, por entonces presidente de Sacyr, por sus tratos con Pemex para asaltar el control de Repsol. La compañía ha negado que se produjera en este proceso acción intrusa alguna que afectara a terceras personas.
Interés estratégico
También ha declarado a través de representación legal Caixabank, que se encuentra en idéntica situación que Repsol en esta causa. La entidad financiera ha admitido que se sumó al encargo de Repsol debido a que, por aquel entonces, contaba con una participación estratégica en la empresa energética, valorada en miles de millones de euros.
La entidad ha defendido que, en su caso, la contratación se realizara de palabra, sin mediar contrato, por que entonces lo permitía la ley y porque ya existía un documento al respecto que había sido firmado por Repsol, por lo que no consideró oportuno elaborar otro.