La pandemia de coronavirus ha impulsado el interés por contratar seguros de viaje, una opción que puede ayudar a rebajar la incertidumbre, uno de los mayores problemas para el turismo desde la irrupción del Covid. La posibilidad de quedarse confinado en el lugar de destino o de contagiarse de la propia enfermedad son riesgos que los viajeros tienen cada vez más en cuenta, de modo que también son cada vez más quienes deciden cubrirse a través de una aseguradora.
Según datos publicados por los agentes y corredores de seguros, las consultas para contratar este tipo de servicios para cobertura de viajes se dispararon un 45% en España en el mes de mayo, cuando el fin del estado de alarma y la proximidad del periodo vacacional despertaron un mayor interés en la población por planificar viajes. Sin embargo, el Consejo General de los Colegios de Mediadores de Seguros advierte también de que hay que protegerse ante publicidad engañosa y tener claro qué se contrata, ya que no existe una póliza Covid que cubra cualquier posible eventualidad ligada a la pandemia.
¿Sale a cuenta tener un seguro?
Dan Miró, abogado especializado en Derecho Aeronáutico, insiste en que es crucial analizar los términos de las pólizas que se contraten, ya que en muchos casos su cobertura es menor de la que cree el cliente. ¿En qué casos sí merece la pena contratarlas? “Son interesantes los seguros de salud, de repatriación y asistencia médica”, señala.
“Sobre todo las que cubren, ahora con el Covid, cualquier situación médica que no incluiría ninguna compañía aérea”, añade. “Como no tengas un buen seguro, pagarás la cuarentena, el hotel, el ingreso médico...”, advierte Miró sobre esta casuística.
“Hay que leer la letra pequeña”
No obstante, el abogado considera que a la hora de contratar un seguro de viajes, “el problema no es si cubren o no cubren, sino que el que compra el seguro se tiene que asegurar que lo que está asegurando sea lo correcto”. Por ello aconseja “revisar el clausulado”, ya que “hay aseguradoras que cubren sea cual sea la causa”, a pesar de que sean más caras.
“Tienes que leer la letra pequeña, es lo importante”, destaca Miró, que detalla que en muchos casos que su bufete ha llevado a juicio, el conflicto radicaba en que la aseguradora no reconocía la aplicación de la causa mayor. Por ello, defiende la necesidad de conocer en detalle “las condiciones y las causas que permitirán ejecutar el seguro, los requisitos. Aquí está la clave”, concluye.