Caixabank vive este martes una jornada de huelga en el marco del proceso de negociación del ajuste laboral que lleva a cabo el banco a raíz de la fusión con la ya extinta Bankia. Los sindicatos estiman que el 90% de las sucursales no prestan servicio por la protesta.
Al borde de que finalice el plazo que se dieron las partes para acordar las condiciones del ERE, aún no hay fumata blanca. El diálogo entre las partes continúa.
Despidos forzosos, caballo de batalla
Pese a que el último planteamiento de la dirección de Caixabank contempla una cifra cercana a 1.300 despidos menos que el primero que puso encima de la mesa, los representantes de los trabajadores la han vuelto a rechazar. Argumentan que el proceso aún contempla la figura de despidos forzosos, una de sus múltiples líneas rojas.
Este factor ha sido desde el primer momento el caballo de batalla de una negociación.
Fin del plazo
Unos 100 empleados del banco han manifestado su oposición a las condiciones de Caixabank para ajustar el tamaño de la plantilla con una protesta en la sede central operativa del grupo financiero, en la avenida Diagonal de Barcelona.
Caixabank intentó dejar cerrada la reestructuració necesaria, ya que con la integración de ambos grupos financieros hay duplicidad de estructuras, antes de que concluyera la primera mitad del año. La dirección ha anunciado que se quiere centrar en el próximo paso de la fusión, uno de los más delicados, la integración de sistemas. Con todo, el diálogo con los trabajadores sigue abierto.