Bird, la empresa norteamericana de patinetes eléctricos compartidos tendrá que dejar de prestar su servicio en Zaragoza a partir de septiembre. Así lo ha determinado el ayuntamiento de la ciudad, después de no concederle la prórroga en la autorización por incumplimiento de las condiciones actuales que se exigen para poder prestar servicio. Hasta ahora, la ciudad ha ofrecido este servicio de la mano de Bird y Reby, la compañía que continuará operando.
El ayuntamiento ha abierto expediente sancionador a Bird por incumplimiento de las condiciones. A pesar de que se ha comprometido a subsanarlos en breve, este incumplimiento, según explicó la concejal de movilidad, Natalia Chueca, en la Comisión de Servicios Públicos y Movilidad del pasado 23 de junio, conlleva que el consistorio haya decidido no otorgarle a la empresa americana una prórroga mientras no llega la nueva licitación.
Los portavoces de la compañía aseguran, a fecha de hoy, "no se ha abierto ningún expediente sancionador nuevo". Asimismo, señalan que no se ha pedido ninguna prórroga del servicio por la nueva licitación.
Reby se queda sola
La actual adjudicación finalizaba en primera instancia el 22 de mayo y después de una prórroga otorgada por la pandemia de coronavirus lo hará el 2 de septiembre. Será la empresa Reby la única que siga mientras tanto operando en la ciudad, aunque los mismos portavoces de Bird mantienen que su competidor directo también deberá cesar la actividad.
Por el momento, esta es la segunda ciudad en la que se conoce que Bird dejará de operar por decisión municipal en pocos días. El Ayuntamiento de Málaga decidió expulsar a la empresa californiana del procedimiento de otorgamiento de licencias de patinetes compartidos en su ciudad por incumplimiento de la normativa de la Dirección General de Tráfico. Según la DGT, los patinetes deben tener limitada la velocidad para no superar los 25 km/h y que la potencia no sobrepase los 250 vatios, algo que el operador ha sido incapaz de demostrar en la ciudad andaluza.
Tarragona reclama información
Esta decisión ha planteado la duda de que todos los vehículos de Bird, que actualmente también tiene desplegados en Madrid y Tarragona, cumplan con la normativa vigente. En el caso de la ciudad de Tarragona, Bird sigue operando, aunque ha empezado a reducir su flota después del requerimiento del ayuntamiento de la ciudad en el que le solicitaba aportar la documentación acreditativa de la potencia y velocidad máxima de fabricación de sus vehículos.