El Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat perderá competitividad en los próximos años respecto al resto de nexos aeroportuarios de Europa si no es ampliado, según ha advertido hoy su directora, Sonia Corrochano. En caso de no ejecutarse el proyecto, de 2024 a 2026 el aeropuerto volverá a acoger la misma cantidad de viajeros que en 2019 y se perderá la carrera contra los otros hubs internacionales si para entonces no se lleva a cabo la ampliación.

Sin embargo, la directora ha explicado que "no vamos tarde si empezamos ahora". En una entrevista al canal 3/24, ha detallado que las obras empezarían en 2025 y que el aeropuerto necesitaría capacidad adicional en 2031.

Cinco años perdidos

La responsable de la infraestructura ha recordado que la fecha límite para decidir sobre la ampliación es el 30 de septiembre, el día en el que, como tarde, el Consejo de Ministros debe dar luz verde al Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) para el próximo lustro.



Si no se cierra el acuerdo para la ampliación antes de ese día, "habremos perdido cinco años", ha asegurado, ya que para impulsarla más adelante habría que esperar a la elaboración del nuevo DORA, lo que supondría "una pérdida de competitividad ante otros hubs que sí seguirán creciendo".

Unas obras complejas

El motivo de que la ampliación, incluso de aprobarse ahora, no se iniciaría hasta 2025, según la directora, es que las obras a llevar a cabo son muy complejas. El principal escollo es que alargar en 500 metros la tercera pista, como propone Aena, supondría invadir el estanque de La Ricarda, en el Delta del Llobregat, perteneciente a la red europea Natura 2000.

Es así necesario el aval de la Comisión Europea (CE), encargada última de la protección de este espacio, y Corrochano se ha mostrado convencida de que se podrá convencer al Ejecutivo comunitario si se logra el "mayor consenso posible" en Cataluña.