La empresa de patinetes eléctricos compartidos Bird dejará de ofrecer sus servicios en Málaga, en la que opera sin licencia desde marzo de 2019. La causa de esta decisión es que no quieren firmar el documento de declaración responsable que les exige el Ayuntamiento, para confirmar que sus vehículos se ajustan a la normativa de la DGT.
La negativa de Bird a firmar el texto supone su exclusión del proceso de concesión de licencias, que ellos mismos habían impulsado. Sin embargo, no contaban con que el consistorio les obligaría a demostrar el cumplimiento estricto de las exigencias técnicas de sus vehículos. El documento, que si han firmado los demás operadores, acarrea consecuencias penales en caso de incumplimiento.
Los portavoces del grupo defienden que no se rubricó porque el consistorio "ofreció dos opciones para corroborar que el vehículo cumple con la legislación, uno, firmar una declaración responsable y dos, proporcionar toda la documentación oficial del vehículo. Bird optó por la segunda vía". Mantienen que el ayuntamiento "estudia esta documentación". Además, mantiene que "cumple las normativas nacionales y locales".
25 km/h, máximo
La nueva ley de Tráfico estipula que los vehículos no podrán superar en ningún caso los 25 km/h. En este contexto, el hecho de negarse a afirmar que acatan este requisito pone en duda que lo cumplan en el resto de ciudades de España en las que operan: Madrid, Tarragona y Zaragoza. En caso de que se demuestre la falta, deberán dejar de ofrecer sus servicios en España.
En 2019 la misma empresa, junto a Lime, otro operador, fueron acusados de operar de forma ilegal en ciudades como Sevilla. Esta situación se debió a que se comprobó que sus motores eran demasiado potentes y no respetaban la normativa de movilidad, que estipula un máximo de 25km/h para los vehículos de menos de 250 vatios de potencia. Como consecuencia de este hecho, el consistorio sevillano les puso 350 denuncias y retiró 270 patinetes de la vía pública.