Orange ha informado este viernes de que va a iniciar un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará como máximo a 485 puestos de trabajo, un 15% de la plantilla de 3.000 empleados de la multinacional en España. A diferencia del último ERE de la teleco --restringido a cinco autonomías--, éste se ha hecho extensivo a todo el territorio. En un comunicado, la tecnológica justifica esta medida para "garantizar la competitividad" de la empresa.
"El sector de telecomunicaciones lleva años encadenando pérdidas de ingresos como consecuencia de la hipercompetitividad del mercado y la multiplicidad de actores low cost", afirma el texto. "En este contexto, para garantizar la competitividad de la compañía, resulta imprescindible adaptar la operación a estos cambios estructurales", concluye.
Caída de la facturación
En el primer trimestre de 2021, Orange encajó una caída del 7,4% de la facturación respecto al mismo periodo del año anterior. El retroceso fue más intenso en los servicios minoristas, categoría en la cual la caída fue del 13,6%. Tampoco fueron positivas las cifras de ingresos medio por cliente, que descendieron un 8,4% entre enero y marzo de 2021, hasta los 53,3 euros.
Durante la presentación de estos resultados, el consejero delegado de la empresa en España, Jean-François Fallacher, ya dejó la puerta abierta a despidos como parte del plan de reestructuración de costes. La teleco emplazará próximamente a los representantes de los trabajadores a una primera reunión para iniciar la negociación del ajuste de personal. El proceso se desarrollará previsiblemente entre mayo y junio.
Reacción de los sindicatos
Los sindicatos no han tardado en reaccionar. Ernesto Serrano (CCOO) ha asegurado que la compañía ha prometido que los despidos afectarán únicamente a la sociedad principal del grupo y no a otras como los call center, la fundación o los establecimientos de la marca.
Por su parte, el secretario general de UGT en Orange, José María Alcalá, ha señalado que están a la espera de recibir la documentación oficial de la empresa, puesto que, ante los sindicatos, se han esgrimido razones organizativas, pero en la comunicación a los empleados se habla de razones económicas.