“Nos hemos enfocado al consumidor mundial de forma más sana y natural”, ha explicado el consejero delegado de Uriach, Oriol Segarra, en el foro matinal de Esade. La farmacéutica, fundada en 1838 y con sede en Barcelona, ha detallado la transformado de su modelo de negocio en los últimos diez años por obligación del entorno. Sus resultados han pasado de sostenerse por la prescripción médica --que suponía el 70% de las ventas en España-- a consolidarse en el consumer healthcare, que no está sujeto a financiación pública, un sistema que ahora promueve los genéricos por una cuestión económica. Pero en lugar de sufrir, el grupo ha logrado multiplicar por tres su facturación, por seis su resultado de explotación (ebitda) y ha empezado su expansión internacional. Una evolución que el directivo atribuye a la identificación del talento y su desarrollo dentro de la organización.
Este cambio de paradigma en la producción ha hecho que dejara atrás su base más dura de medicamentos, para orientarse en productos naturales, vitaminas, minerales y otros fármacos “no químicos”. Una apuesta arriesgada que el consejero delegado de la compañía ha atribuido a un cambio de cultura empresarial y en la gestión de las personas. “La conjugación entre personas y cultura es lo que crea la estrategia ganadora", ha sentenciado.
Objetivo: 300 millones en 2022
La farmacéutica catalana de capital familiar se ha marcado un objetivo en esta transformación de negocio: alcanzar los 300 millones de euros en 2022. Este crecimiento de Uriach pretende ser tanto orgánico como basado en adquisiciones de compañías en el extranjero, centrado, además, en el área del consumer healthcare como nueva estrategia de la compañía y dejando de lado de manera gradual los productos de prescripción médica.
"Hemos combinado el crecimiento orgánico e inorgánico, nos hemos diversificado y hemos comprado empresas. Europa es nuestro foco. Nuestra visión es liderar en Europa", ha explicado Segarra en los Matins Esade. Para explicar el éxito de esta estrategia, que ha llevado a la firma familiar a crecer alrededor del 15% anualmente, el consejero delegado de Uriach ha subrayado la importancia de cuidar el talento interno y de apostar por la innovación.
Desarrollo de talento
Para liderar esta transformación a un mercado totalmente diferenciado al tradicional en los casi dos siglos de existencia de la compañía, Segarra ha asegurado que lo primordial es “crear un vínculo emocional que despierte el compromiso y la pasión” de los empleados. El directivo de Uriach ha explicado que para iniciar cualquier cambio hay que crear un “proyecto colectivo” en el que logren “un sentimiento de pertenencia” de todas las personas de la organización.
No obstante, no solo hallar la fórmula de pasión y compromiso por el nuevo reto hace que este tenga éxito, como es el caso de Uriach, hace falta otra variable: talento. Segarra se ha opuesto a la frase de que es escaso porque, según él, las empresas “están llenas de talento que no utilizamos, solo hace falta desarrollarlo mediante la identificación y explotación de éste”. Para ello, la promoción y expectativas internas son claves en el proceso que ha llevado a cabo la farmacéutica.
Invertir para transformar
La transformación desde la prescripción médica a los productos basados en el consumer healthcare no ha venido solo con un cambio de negocio. Como sucede en cualquier tipo de nuevo proyecto hace falta otra variable: la inversión. “No solo invertir al exterior, hay que hacerlo en toda la infraestructura y lograr que la parte interna esté muy desarrollada”, ha remarcado Segarra.
En este proceso, explicando el caso de éxito de Uriach, Segarra ha reforzado la idea de “crear sentimiento de intraempreneduría”. Es decir, confiar en el proyecto y alcanzar un “interés sincero por las personas que trabajan en él”. Para ello, el CEO ha aconsejado crear “organizaciones más humanas” donde puedan ser escuchadas todas las visiones y se cree una burbuja de trabajo basada en “la salud y el bienestar”.
Humanizar la compañía
Los sueños. En este proceso que ha catapultado a Uriach al escenario internacional, dejando de ser una pequeña farmacéutica familiar barcelonesa, Segarra ha insistido en las personas que conforman la organización. Para ello, cree que las metas y expectativas de los trabajadores son claves en la implicación de estos proyectos y para lograr una transformación que sin ellos no se pueda llevar a cabo.
“Las personas no dejan a la compañía, dejan a los jefes”, ha sentenciado el CEO de Uriach esta mañana durante su explicación sobre el cambio de negocio de la farmacéutica. El liderazgo, en palabras de Segarra, es fundamental y un “mal jefe” puede acabar con la dimensión personal y humana que comportan el trabajo, el compromiso y la pasión, bases para lograr “resultados sostenibles” y que atribuye a la buena transformación de la empresa en los últimos diez años.