Santander ha empleado la prolija regulación a la que se somete el sector financiero en la zona euro para defenderse de los ataques lanzados a la banca por parte del Gobierno a cuenta de las elevadas remuneraciones de los directivos. La entidad ha recordado al Ejecutivo que todo lo relacionado con esta cuestión se somete a los reguladores y a numerosos órganos de control.
El consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, ha recordado que desde la pasada crisis se aprobaron diversas directivas comunitarias que regulan los emolumentos que percibe la alta dirección de los bancos, en contraste con lo que sucede con otros sectores, que no están tan sometidos a normativas.
El contexto de los ERE
“El esquema de remuneración de la banca es de los más regulados que existen”, ha señalado Alvarez en la rueda de prensa posterior a la presentación de resultados trimestrales de la entidad. El ejecutivo ha recordado que la normativa establece factores como la percepción diferida en cinco años de las retribuciones variables y también la percepción de una parte en acciones del banco que no pueden colocar en el mercado de forma inmediata.
En los últimos días, en el marco de los notables recortes de empleos anunciados por entidades como el nuevo Caixabank y BBVA, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, lanzó un inusual ataque contra el sector al calificar de inaceptables los planes de ajuste y afear que la remuneración de los altos ejecutivos se mantenga o incluso se incremente en este contexto.
Digitalización sin fin
“Además de toda la regulación, en nuestro caso las retribuciones pasan por el correspondiente comité, el consejo de administración y la junta de accionistas”, ha apuntado Álvarez que, incluso, ha lamentado que esta intensa regulación penaliza a la entidad cuando se desenvuelve en mercados distintos del europeo.
Precisamente en relación con los ERE del sector, el consejero delegado de Santander los ha asociado principalmente con la creciente digitalización de la operativa bancaria, potenciada en los últimos tiempos con la pandemia y ha reconocido no saber dónde llegará a su punto final.
Cambio de perfiles
“Se trata de una transformación intensa cuyo final no vemos ahora mismo pero ante la que hemos tenido que reaccionar. La operatividad se aleja de las oficinas y tenemos que acomodar nuestra red a la prestación de los servicios de valor añadido que, cada vez más, nos demandan los clientes”.
En este punto, Álvarez también ha explicado que, en algunos casos, lo que se está produciendo es un cambio de perfiles. “Es verdad que se están cerrando oficinas pero también está incrementándose el número de empleados en la parte tecnológica”.
Morosidad al alza
Sobre la evolución de las cuentas, Álvarez se ha mostrado satisfechos con el desempeño del banco en el primer trimestre, que sitúa a la entidad en línea con sus objetivos globales de su estrategia One Santander, implantada desde hace algo más de un año.
El banco prevé un incremento de la morosidad en próximos trimestres, frente a la sorprendente estabilidad e incluso rebaja que está mostrando durante la pandemia, cuya intensidad “dependerá del ritmo de la recuperación económica, aunque damos por sentado que las cifras se incrementarán”. La mayor incertidumbre está localizada en pymes y autónomos.