Los responsables del proyecto del parque eólico flotante Tramuntana, cuyo emplazamiento está previsto en la Costa Brava, han anunciado este jueves que prevén presentarlo al Ministerio para la Transición Ecológica en julio. Un plazo que no descartan alargar, pero no más allá del verano, para poder llegar a tiempo para captar financiación de los fondos de recuperación europeos Next Generation.
Tras la presentación del proyecto ante el Ministerio, que ya ha recibido consultas para analizar el potencial impacto en la zona, empezará un plazo de alegaciones que se prolongará hasta 2023, año en el que se podrían empezar las obras para poner en marcha el proyecto, criticado por varios agentes del territorio, en invierno de 2026. El ingeniero Sergi Ametller, uno de los responsables directivos, ha avanzado hoy los detalles de esta infraestructura y la ha presentado como una oportunidad "ante el reto del cambio climático".
35 aerogeneradores
Joan Ramon Morante, director del Instituto de Investigación en Energía de Cataluña (IREC), también ha comparecido para defender el proyecto y ha recordado que este traería consigo un centro formativo y de investigación en el campo de las energías renovables. Sin embargo, los responsables han advertido que una excesiva oposición al proyecto demoraría y pondría en peligro esta potencial fuente de ingresos, por lo que se han comprometido a escuchar las voces críticas y se han mostrado dispuestos a entregar compensaciones a los agentes perjudicados.
Entre ellos están los vecinos de municipios desde los que se aviste la infraestructura, a los que se bonificaría la factura eléctrica; los pescadores, que recibirían ayudas en caso de sufrir un descenso de caputas; y el sector turístico, al que se subvencionaría la implantación de energía renovable. Según Ametller, los 500 megavatios del parque eólico, de 35 aerogeneradores, lo convertirían en "referencia internacional", con una ubicación a entre 14 y 24 kilómetros de la línea de costa, en un espacio de veda de pesca para no afectar a los caladeros.
Abastecería a un 45% de Girona
La instalación tendría capacidad para abastecer el 45% del consumo energético de la provincia de Girona. Para minimizar el impacto en el fondo del mar, los aerogeneradores se conectarán con Sant Pere Pescador a través de un cable submarino para hacer llegar la energía hasta la subestación eléctrica de Santa Llogaia mediante una línea de 15 kilómetros mayoritariamente soterrada. Por ahora se han celebrado una cuarentena de reuniones con los agentes implicados para desencallar un parque con 30 años de vida útil que emplearía a 200 personas y que se calcula que ahorraria 21 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono.
A nivel político, el PDECat ha registrado en el Congreso una solicitud para que la ministra del ramo, Teresa Ribera, aclare su posición al respecto, mientras que el PP de Girona se ha puesto en contacto con la plataforma Stop Parque Eólico Marino para buscar un equilibrio entre energías renovables y las posibles afectaciones al medio ambiente.