El ajuste laboral que BBVA ya anunció a comienzos de año comienza a tomar forma, con una propuesta de la dirección de la entidad a los sindicatos basada en el despido de casi 3.800 personas y el cierre de 530 sucursales.

El banco, que aplicará este recorte de empleos tanto en las citadas oficinas como en servicios centrales, justifica la decisión por la necesidad de adoptar nuevos procesos productivos y organizativos como consecuencia del creciente proceso de transformación digital de la entidad, en particular, y del sector financiero en general.

Contexto difícil

BBVA también se basa en un contexto actual especialmente complicado debido a factores como el escenario continuado de tipos de interés negativos, las derivadas de la crisis del coronavirus y la creciente competencia llegada, precisamente, del ámbito tecnológico.

Esta misma semana, Caixabank planteó a los representantes de los trabajadores un plan de ajuste que supone la eliminación de casi 8.300 puestos de trabajo, así como la clausura de más de 1.500 sucursales en toda España, a raíz de la operación de absorción de Bankia.

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