El BBVA ha detallado que el procedimiento de despido colectivo anunciado se justificará con motivos económicos, además de por la voluntad de hacer una reestructuración en el banco basada en un modelo con mayor peso de la digitalización. Así lo ha transmitido la dirección a los sindicatos en un primer encuentro que han mantenido este viernes para iniciar las negociaciones previas.
La reunión ha comenzado a media mañana y se ha alargado hasta pasadas las tres del mediodía, cuando las partes han firmado la documentación pertinente. Según apuntan fuentes sindicales a Crónica Global, este primer encuentro ha sido de carácter estrictamente protocolario, para reconocer a las partes y concretar un calendario para proseguir el diálogo.
Un recorte del 14% de empleados
Por ahora, la dirección todavía no ha concretado oficialmente una cifra de afectados, que se espera que ronde los 3.200 empleados en toda España, casi un 14% de una plantilla de 23.300 personas. Sin embargo, la compañía ha avanzado su predisposición a rebajar el número si se pactan medidas de flexibilización.
Las partes han constituido hoy la mesa negociadora y han cerrado el calendario, con una segunda reunión el próximo viernes y un total de cuatro encuentros a lo largo de este mes de abril, que se añaden a otra fecha clave, la de la junta de accionistas cuya celebración está prevista para el próximo martes.
Planes de reducción de costes
Una vez finalizado este periodo previo estipulado en el convenio, empezarán las negociaciones formales, durante las cuales se podrá rebajar o mejorar la oferta inicial. Ahora, los sindicatos esperan conocer más detalles de los planes de la entidad financiera en las próximas semanas para poder hacer un análisis de las posibilidades para minimizar el impacto del reajuste.
El banco presidido por Carlos Torres alega que el despido colectivo, que afectará a servicios centrales y oficinas, es necesario para garantizar la competitividad y la sostenibilidad del empleo a futuro y que resulta “imprescindible” reducir costes. Se escuda asimismo en la “profunda transformación” del sector y, en particular, una creciente presión competitiva, tipos de interés bajos, el auge de los canales digitales y la entrada en el mercado de nuevos actores tecnológicos.