La situación es “insostenible”, a juicio de Santiago García-Nieto, hotelero y presidente de Confecat, --la Confederación Empresarial de Hostelería y Restauración de Cataluña— porque se ve la luz al final del túnel, pero las ayudas al sector no acaban de llegar o son insuficientes y la supuesta ‘normalidad’ se podría alejar en el tiempo. La campaña de vacunación no arranca con la velocidad de crucero que se querría y los hoteles siguen cerrados en su mayoría. García-Nieto cree que es difícil de entender que las ayudas directas a los empresarios de los sectores más afectados por la pandemia "sean inferiores a la de países como Italia, Portugal, e, incluso, Rumanía o Grecia". “Es insostenible”, reitera, porque “ni el gobierno central, o el autonómico o el local han tomado medidas drásticas para reducir los gastos y el pago de impuestos de los empresarios.
García-Nieto, que acaba de ser reelegido al frente de Confecat, asegura en una entrevista en el programa Converses, de la Cadena Cope, con la participación de Crónica Global, que un hotel medio paga unos 300.000 euros al año de IBI, y que el Ayuntamiento de Barcelona no ha hecho prácticamente nada por reducir esos gastos. "Al revés, aumentó la tasa turística en plena pandemia". O el pago por actividades económicas: se ofrece darse de baja, pero, después, el empresario debe darse de alta de nuevo y pasar todos los controles habituales, con lo que acabaría siendo mucho más costoso. Esa falta de sensibilidad con el empresariado hotelero y restaurador es lo que molesta al sector, que tampoco ve un gran remedio en la partida de 11.000 millones de euros que ha puesto sobre la mesa el Gobierno central.
Sin campaña de Semana Santa
De esos 11.000 millones, 7.000 son ayudas directas, con un máximo de 200.000 euros por establecimiento. Todas esas ayudas se deben repartir entre 85 sectores, en el caso de Cataluña. Es lo que señala García-Nieto, al recordar que en otros países se han volcado con mayor determinación, y cita a Italia, “por supuesto Alemania”, pero también a Rumanía, Portugal o Grecia.
La campaña de Semana Santa “se da por perdida”, según el presidente de Confecat, y ya se piensa en el verano, con la confianza en un elemento que quiere impulsar la Comisión Europea, el llamado “Pasaporte Covid”, un documento médico con información del potencial turista sobre si se ha vacunado o está ya inmunizado porque ha pasado el virus. “El pasaporte Covid es muy importante, y no tanto por el propio documento, como por la confianza que dará al turista para que se pueda mover por los países de la Unión Europea”, señala García-Nieto.
El turista nacional
El problema para el sector en Cataluña es que la gran recepción de turistas en los últimos años ha venido desde países de ese entorno europeo, del Reino Unido, Francia y Alemania, los tres grandes mercados. El turismo nacional no llega a Cataluña con la potencia que se desearía, y los hoteleros entienden que se debería iniciar algún tipo de campaña en ese sentido. Sin embargo, García-Nieto reprocha la campaña turística que diseñó la Generalitat el pasado año, de forma precipitada, con el lema de “Bienvenidos a casa”, cuando el mensaje en los últimos años había sido “justamente el contrario”, con el proceso independentista en su apogeo.
En todo caso, García-Nieto precisa. Una de las grandes palancas del turismo en España, fuera de temporada, es el Imserso, que no es sólo para jubilados, sino para mayores de 55 años. Y el destino de Cataluña no es el preferido en primera instancia. “Se reclaman otros destinos, Canarias, Baleares, Andalucía, en gran medida porque el clima también es mejor en esos meses fuera de la temporada alta de verano”, insiste el presidente de Confecat. Pese a todo, la solución clara para Cataluña, “el primer destino turístico en España”, pasa por la recuperación del turismo extranjero.
García-Nieto, muy activo en la patronal Foment del Treball, y que acaba de ser reelegido al frente de Confecat, tiene muy claro que el poder público “debe acompañar” al empresariado, pero que el trabajo y la responsabilidad corresponde a los propios empresarios y a las empresas. Lo que pide es que les dejen gestionar, y que el poder político no entre en las “plataformas empresariales”. Lo señala en alusión a Eines de País, el instrumento de la ANC para lograr el poder en el mundo empresarial, después de haberlo logrado en la Cámara de Comercio de Barcelona, y tras fracasar en la patronal Pimec. “Hay que reclamar esa cuestión, que no se haga política desde las instancias económicas, y que cada uno cumpla con su papel”, concluye García-Nieto.