Bankia reúne este martes a su junta de accionistas por última vez, antes de consumarse de manera formal su absorción por parte de Caixabank. La operación que dará lugar al primer banco de España por volumen de activos está a punto de culminar, ya que todo parece indicar que se cumplirán los plazos previstos y el nacimiento de la entidad se producirá antes de que finalice el primer trimestre de 2021. Es decir, en una semana.
En la recta final del proceso, el trabajo se ha concentrado en superar el examen de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), cuya resolución completará el proceso iniciado a finales del pasado verano, cuando ambas entidades se sentaron a la mesa para empezar a explorar de manera informal la operación.
Siete meses de intenso trabajo
Tras la aprobación de la fusión por parte de ambos consejos, las entidades apuntaron al primer trimestre de 2021 como fecha de referencia para culminar la operación desde el punto de vista mercantil. Por delante restaban entonces siete meses de trabajo que han superado hitos fundamentales como la aprobación de las respectivas juntas de accionistas, previo preceptivo informe favorable del experto independiente y la configuración del cuerpo de mando de la nueva entidad, plasmado en el comité de dirección, que vio la luz el pasado febrero.
Una vez que cerraron el ejercicio 2020, el más complicado en mucho tiempo por la pandemia del coronavirus, ambos bancos se centraron definitivamente en el cierre de la fusión y pocas veces ha dado la sensación de que el ritmo no fuera el adecuado para cumplir con el objetivo de calendario marcado en septiembre.
El escollo más complicado
“A veces tengo la sensación incluso de que la fusión va demasiado rápido”, confesó Gonzalo Gortázar, actual consejero delegado de Caixabank, cargo que también ocupará en la nueva entidad, a finales de enero, con motivo de la presentación de las cuentas anuales del banco.
En aquel momento, Caixabank y Bankia estaban inmersas en el escollo más delicado de la operación, como fue el diseño del comité de dirección, del que quedaron fuera figuras relevantes en la gestión de Bankia como su consejero delegado, José Sevilla; el responsable financiero, Leopoldo Alvear (que se ha incorporado a Banco Sabadell), el secretario del consejo, Miguel Crespo; y la directora de comunicación, Amalia Blanco.
Apurar los plazos
A partir de entonces, los esfuerzos han estado volcados en lograr que el regulador de Competencia no ponga obstáculos a la operación, por lo que las entidades han optado por apurar al máximo los plazos. De lo contrario, un revés por parte de la CNMC en forma de aprobación con condiciones supondría un considerable retraso que sí trastocaría los planes del nuevo banco.
En este sentido, las entidades han preferido que el cierre fuera más ajustado, hasta el punto de que incluso pudiera irse alguna semana fuera del plazo marcado, antes de correr algún tipo de riesgo que llevara la fusión desde el punto de vista mercantil más allá del próximo verano.
Ajuste laboral
Lo que aparece previsto para esas fechas en la hoja de ruta de la operación es unificación completa de la marca Caixabank y la consiguiente desaparición del nombre comercial de Bankia. Un proceso que arrancará de forma inmediata, tras el registro de la entidad fusionada, según explicó en su día José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia (que también lo será del nuevo Caixabank), que este martes clausurará de forma oficial la trayectoria del banco.
También de forma automática arrancarán las negociaciones con los sindicatos para diseñar los ajustes de plantilla y de la red de oficinas. Aunque no se han deslizado cifras oficiales, los primeros cálculos hablan de recortes en el entorno de 8.000 puestos de trabajo.
Epílogo en forma de junta
Paradójicamente, uno los puntos del orden del día de esta asamblea en forma de epílogo es la reelección de Goirgolzarri como miembro del consejo de administración de Bankia, ya que el anterior nombramiento llegaba a su fin. En función de los trámites, la vigencia del acuerdo podría ser cuestión de unas horas.
En los últimos días, las trayectorias bursátiles de Caixabank y Bankia hacían pensar que la operación llegaba “en hora” para el cierre previsto. En general, desde el anuncio oficial de las primeras negociaciones, la acogida por parte de los inversores ha sido notable.