Los empresarios del sector del comercio han recibido con satisfacción el anuncio por parte del Govern de que levantará el cerrojazo a los establecimientos los fines de semana a partir del próximo 20 de marzo. “Estamos contentos”, señala Àlex Goñi, presidente de Pimec Comerç. Sin embargo, reclaman una mayor flexibilidad con la restauración.
“Nos preocupa que no hayan tocado para nada la restauración”, apunta Goñi. “Nos parece injusto que no puedan abrir por las noches. No lo entendemos, no vemos una razón sanitaria sólida”, añade.
La protesta, desconvocada
La patronal había convocado una protesta para este sábado en la que pedía a los establecimientos abrir de forma simbólica --sin atender a los clientes-- para incrementar la presión sobre la Generalitat. Finalmente, no se celebrará: la organización la desconvoca al entender que la campaña, iniciada el lunes y que debía culminar el sábado con esta acción, ha cumplido su cometido.
“Lo que queríamos era abrir los sábados”, valora Goñi. “Si no nos han hecho caso dialogando pero nos han hecho caso a través de la convocatoria, ya nos va bien”, esgrime.
La restauración, en crisis
Desde la patronal, insisten en su incomprensión hacia el cierre de bares y restaurantes por la noche y gran parte de la tarde: “No lo entendemos, lo que entendemos es que perjudica a un sector que lo está pasando muy mal”. Por ello, reclaman que se dé “más libertad para trabajar”. “Si [los restaurantes] son los primeros transmisores de la pandemia, nos preocuparía, pero nos han estigmatizado, nos han culpado de cara a la sociedad, a los clientes”, argumenta Goñi. “Han hecho creer que los abres son los culpables”.
Ante esta situación, el Gremio de Restauración de Barcelona, la Federación de Hostelería y la patronal sumarán sus fuerzas para intentar lograr una mayor flexibilidad horaria, en un momento en el que muchos restauradores han bajado la persiana porque no les sale a cuenta mantener los costes. Pero la crisis va más allá: “Hay muchos compañeros que no volverán a tener un restaurante o una tienda porque han cerrado”. Y hasta que no vuelva el turismo, habrá un “gran agujero”.
Tensión con el top manta
Otro de los puntos de conflicto entre las administraciones y los comerciantes, especialmente los de localidades turísticas como Barcelona, Roses o Sitges, es lo que ven como una mayor permisividad de las autoridades con el top manta que con los establecimientos comerciales. Según Goñi, “el top manta es una venta ilegal, se está produciendo un incumplimiento de normativas. Sanitariamente, tampoco cumple la normativa”.
Si bien reconoce que en la Ciudad Condal “no hay la gran cantidad que había” de manteros, también asegura que con la crisis “se han hecho más visibles” las tensiones. “Si no me dejan comer y al de mi lado no le dicen nada, me enfadaré”, concluye.