Los efectos de la crisis derivada de la pandemia del coronavirus ha llevado a El Corte Inglés a la decisión de llevar a cabo un ajuste de plantilla que afectará a unos 3.000 trabajadores y que el grupo de grandes almacenes pretende abordar con un plan de bajas voluntarias.
De esta forma, la compañía iniciará de inmediato negociaciones con los sindicatos para establecer las condiciones de dicho plan, en el que la mayor parte de los afectados, en torno a 2.500, pertenecen a los cntros comerciales y el resto, a servicios corporativos.
Efecto de las restricciones
El ajuste, aprobado recientemente por la dirección de la compañía pretende adaptar la compañía a las nuevas circunstancias planteadas con la crisis del coronavirus, que ha impactado de forma notable en las cuentas del grupo al verse obligado a cerrar numerosos centros debido a las restricciones a la actividad económica y comercial aplicadas en las diferentes Comunidades Autónomas para prevenir la expansión del virus.
Anteriormente, durante el primer estado de alarma, en el que las medidas fueron decretadas unilateralmente por el Gobierno central, El Corte Inglés ya se vio obligado a aplicar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por causa de fuerza mayor, que afectó a cerca de 26.000 trabajadores del grupo, cerca del 30% del total de la plantilla.
Negociaciones
En aquel periodo de casi tres meses, la compañía tan sólo pudo dar servicio a sus clientes en el área de alimentación y tuvo que cerrar por completo el resto.
El plan podría articularse a través de un sistema de bajas incentivadas aunque deberá ser una comisión negociadora la que termine de acordar las condiciones del ajuste.