Repsol volvió a apuntarse pérdidas contables milmillonarias debido al deterioro de sus activos como consecuencia de la crisis derivada de la pandemia del coronavirus. La compañía cerró el año 2020 con un resultado neto negativo de 3.289 millones de euros.
Sin embargo, el balance específico del desempeño de los negocios de la compañía, esto es, el resultado neto ajustado, arrojó beneficios de 600 millones de euros, una cifra por encima de las expectativas de los analistas, lo que ha hecho que las cuentas hayan sido bien recibidas por el mercado, con avances superiores al 2% en bolsa.
Deterioro en inventarios
En este caso, Repsol ha registrado en su balance de 2020 deterioros de 978 millones de euros en sus inventarios de petróleo y gas natural debido a las especiales circunstancias del ejercicio, en el que el Covid-19 desplomó los niveles y expectativas de demanda de las materias primas.
Además, la compañía tuvo que ajustar sus hipótesis de precios, con lo que procedió a revisar a la baja el valor contable de sus activos de exploración y producción (upstream), con un impacto de 2.911 millones.
Impacto en todo el sector
En este sentido, el grupo que preside Antonio Brufau no ha sido ni mucho menos el único de los grandes del sector que se ha visto golpeado por estas circunstancias. Cabe recordar las pérdidas netas registradas por empresas como Shell (cercanas a los 18.000 millones), BP (16.765 millones de euros) y Total (5.980 millones de euros).
En 2019, Repsol registró pérdidas contables de 3.816 millones de euros, en aquel caso debido al ajuste en el valor de activos derivado del histórico giro en la estrategia de la compañía hacia el objetivo de ser un actor de referencia en la transición energética y ser una empresa neutra en carbono para el año 2050, en línea con el Acuerdo de París.
Seguir en "modo resiliencia"
El consejero delegado de la compañía, Josu Jon Imaz, ha explicado a los analistas que Repsol seguirá “en modo resiliencia” mientras la pandemia no desaparezca y, con ello, cambie el escenario macroeconómico. En este sentido, el ejecutivo ha valorado mantener una posición de prudencia, con independencia de que los precios del petróleo coticen en la actualidad notablemente por encima de los que se contemplan en el plan estratégico.
“Ahora el barril está por encima de 60 dólares pero nuestro plan llega hasta 2025 y estamos en plena pandemia, con un escenario que todavía presenta mucha volatilidad”, ha apuntado Imaz.
Sin decisión sobre la OPV
No obstante, ha admitido ser “mucho más optimista” que en meses anteriores, en especial por el inicio del proceso de vacunación, que determinará “un incremento radical de la movilidad”, como ya ha sucedido en países como Israel, uno de los más adelantados en este procedimiento.
Imaz no ha desvelado si finalmente Repsol sacará a bolsa su negocio de renovables u optará por incluir a un socio minoritario en el capital. “Actualmente estamos estudiando las dos alternativas, que compiten entre ellas. La decisión no está tomada pero no debemos tardar mucho en hacerlo”, ha aclarado para después añadir que en estos momentos, “Repsol está preparado para cualquiera de las dos operaciones”.