Gallo ha anunciado que se llevará parte de la producción de su fábrica de Granollers, la de pasta seca, a la de El Carpio, en Córdoba. Aunque la decisión se enmarca en un proceso de especialización industrial de cada planta y no implica en ningún caso el cese de la actividad de la empresa en Cataluña, ha generado igualmente indignación en un sector del independentismo, que incluso ha lanzado una campaña de boicot sobre la marca.
Detrás de esta nueva estrategia territorial está el fondo de inversión español Proa Capital, que adquirió en 2019 una participación mayoritaria sobre la compañía por 227 millones de euros. Sin embargo, desde Gallo señalan a Crónica Global que, casi dos años después de la transacción, los anteriores propietarios, la familia Espona Massana, conservan una participación minoritaria.
Un nuevo rumbo
Aunque en el momento de publicación de esta noticia el porcentaje de participación exacto no ha sido detallado, la familia ya avanzó en su día su intención de mantener entre el 15 y el 30% del capital de la empresa. En esta nueva etapa, la marca agroalimentaria ha puesto al frente a Fernando Fernández Soriano como director general, que venía de dirigir otro peso pesado en el sector: GB Foods, que tiene marcas como Gallina Blanca.
En cuanto al accionista principal, Proa, este fondo con sede en Madrid tiene inversiones en sectores muy distintos, entre ellos el agroalimentario. Por su cartera han pasado cadenas como Vips, que incluye también la gestión de Starbucks y Gino’s en España, y de la que se retiró parcialmente en 2018 o, también hasta 2018, la corporación de aparcamientos en Barcelona Saba.
“Proyectos importantes” en Granollers
Desde Gallo apuntan que a pesar de la nueva estructura, la presencia industrial de la marca en Cataluña seguirá siendo destacada y que, de hecho, la apuesta por Granollers es firme. De hecho, hay “proyectos importantes” sobre la mesa para esta planta que se están estudiando y se presentarán “próximamente”.
En 2017, coincidiendo con la fuga de empresas provocada por el momento álgido del procés, la empresa decidió trasladar su sede social a El Carpio, donde también se ubica la mencionada fábrica. Dos años más tarde, se cerró la que fuera la sede comercial durante unas dos décadas, en la Diagonal, para centrarse precisamente en el centro de operaciones de Granollers.
La nueva distribución territorial
Más allá de la planta de Granollers, la presencia de Gallo en Cataluña se extiende también a la fabricación en el Baix Llobregat en los municipios de Esparreguera y Sant Vicenç dels Horts. Bajo la nueva especialización territorial, la planta de Córdoba producirá la pasta seca, Granollers la fresca y las placas, Esparreguera los productos sin gluten y Sant Vicenç las especialidades orientales Ta-Tung.
La marca destaca que los trabajadores de todas las líneas afectadas tendrán continuidad en otros puestos de la empresa o con la posibilidad de trasladarse colectivamente, en el caso de los 37 empleados de pasta seca corta y larga, de Granollers a El Carpio. De no querer acogerse a esta opción, se les ofrecerá un acuerdo para que los cambios sean menos forzosos.