El Ayuntamiento de Barcelona cerca de nuevo a Airbnb y anuncia que prohibirá el alquiler de habitaciones. El gobierno municipal de Ada Colau ha revelado hoy viernes, 29 de enero, que no permitirá ningún hogar compartido en la capital catalana, el nuevo concepto sobre el que reposa la filosofía de la puntocom.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, ha anunciado que forma parte del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat) aprobado ayer por la comisión de gobierno. La puesta a punto de la hoja de ruta hotelera responde a dos ideas clave. Una, la necesidad de adecuarlo tras una cadena de reveses judiciales en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), y que ahora examina el Tribunal Supremo.
Alquiler de habitaciones, no
Y dos, la regulación propia de Barcelona sobre el alquiler de habitaciones a turistas por menos de 31 días, los llamados hogares compartidos. En este sentido, el anuncio del Ejecutivo local es de calado. Prohibirá este tipo de alquiler en toda la ciudad, alegando que su implantación "supondría un aumento desorbitado de la oferta de alojamientos turísticos en toda la ciudad, especialmente en las zonas centrales, y más presión turística sobre los vecinos".
Según el gobierno de BComú y PSC, si se permitiera una modalidad que la Generalitat legalizó en 2020, "hasta 670.000 hogares de Barcelona podrían acoger habitaciones turísticas presentando solo una declaración responsable". Recuerda a este respecto el bipartito que "hoy ya hay 7.700 anuncios de habitaciones turísticas y 14.000 plazas en las plataformas de internet, la gran mayoría en el Eixample y Ciutat Vella".
Retoques para evitar un revolcón del Supremo
En paralelo a esta nueva afrenta a Airbnb, el ayuntamiento ha tratado de corregir algunos aspectos del Peuat que la justicia cuestionó. ¿Cuáles? La ausencia de un plan económico, que se incorpora al ordenamiento cuatro años después de aprobarse. O la eliminación de la reducción de un 20% de las plazas hoteleras en las reformas de gran calado, algo que el TSJC también tumbó.
Negro sobre blanco, Barcelona en Comú, y en particular Janet Sanz, alma mater del Peuat, adaptan el plan hotelero para evitar que el Tribunal Supremo lo anule. De hecho, esta es una posibilidad muy presente a día de hoy, por cuánto una cascada de sentencias del TSJC ya lo hizo en 2019. A preguntas de este medio, Sanz ha llamado a "ir paso a paso", aunque no ha desmentido un posible revés del alto tribunal.
Airbnb ha ganado todos los casos (de momento)
De hecho, la teniente de alcalde de Urbanismo ha admitido otro traspié, en este caso administrativo. Ha reconocido que no ha ingresado el importe de ninguna sanción vinculada a expedientes sancionadores incoados contra Airbnb. "A día de hoy no hemos cobrado ninguna, estamos pendientes de los recursos", ha señalado la edil de BComú.
Mientras la justicia resuelve los contenciosos, Barcelona da otra vuelta de tuerca en la pugna del espacio político de los comunes contra Airbnb. Prohíbe los hogares compartidos, cargando de este modo contra la apuesta de la tecnológica para contribuir al turismo sostenible. Con ello, también, se opone a la regulación de nuevo cuño aprobada por el Gobierno catalán. Todo ello con permiso del Supremo, claro está.