Bankinter cerró 2020 con un beneficio neto de 317,1 millones de euros, un 42% inferior al que obtuvo el año anterior y condicionado por las dificultades derivadas de la crisis del coronavirus. El impacto en la cuenta de resultados se ha visto incrementando por las notables provisiones de 242 millones de euros registradas por la entidad para anticiparse al complicado escenario macroeconómico del presente ejercicio.
El efecto negativo de la pandemia se ha visto en parte amortiguado por el buen rendimiento de su negocio asegurador Línea Directa, cuyos beneficios antes de impuestos se incrementaron un 25%, hasta 179,6 millones de euros.
La aportación de Línea Directa
Además de las citadas provisiones extraordinarias, Bankinter también elevó las relacionadas con las coberturas del riesgo de crédito y otros un 36%, hasta 409 millones de euros. Estos factores han contribuido a desplomar el resultado de la actividad bancaria ordinaria un 62%.
Las cuentas de la entidad, que reflejan el primer descenso de los beneficios de los últimos ocho años, también se han visto condicionadas por la ausencia de los extraordinarios que se contabilizaron en 2019 por la operación de compra de EVO Banco. Como reflejo del impacto de la crisis en el ejercicio de Bankinter, el peso del negocio asegurador en los resultados antes de impuestos se elevó al 43%, frente al 19% que tuvo en las cuentas de 2019.
Incremento de los márgenes
A pesar del complicado escenario, el banco logró concluir 2020 con una evolución positiva de todos sus márgenes y una ratio de solvencia CET1 fully loaded del 12,3%, 67 puntos básicos por encima de la conseguida en 2019.
En concreto, el margen de intereses alcanzó los 1.247 millones de euros, un 6,8% más que en 2019, debido sobre todo a los mayores volúmenes de la inversión, mientras que el margen bruto sumó 1.709 millones de euros, lo que significa un 3,6% más que hace un año.
Desplome de la rentabilidad
El margen de explotación antes de provisiones, por su parte, concluye el ejercicio en 880,2 millones de euros, un 4,5% más que hace un año, con unos costes operativos que se incrementan el 2,7% debido sobre todo a las nuevas inversiones en los negocios adquiridos.
Las citadas provisiones y el entorno de tipos de interés negativos hundieron la ratio de rentabilidad (ROE) de Bankinter hasta el 7%, nada menos que seis puntos básicos por debajo de la cifra registrada al cierre de 2019. Una vez descontado el efecto de las provisiones, el retorno se hubiera situado en el 10,8%.
Morosidad a la baja
Otro de los apartados que llama la atención es la evolución a la baja de la tasa de morosidad, que concluyó 2020 en el 2,37%, frente al 2,51% de hace un año.
En general, el sector financiero espera un repunte de esta variable en 2021, conforme se agoten los periodos de carencia de los préstamos con el aval del ICO, las diversas moratorias concedidas en el contexto de la pandemia y en función de la evolución de los ERTE.