Los trabajadores de U-Shin empiezan a movilizarse contra el cierre de la fábrica en Abrera (Barcelona). Tras la primera reunión entre la dirección y el comité de empresa para negociar las condiciones del ERE (Expediente de Regulación de Empleo) que afecta a 72 empleados, la plantilla estudiará durante los próximos días distintas aciones de protesta.
La posibilidad de una huelga está sobre la mesa. Según fuentes sindicales consultadas por Crónica Global, el decepcionante resultado del encuentro ha sido el detonante para activar una campaña de movilizaciones que será refrendada en asamblea próximamente.
La empresa va a mínimos
El colectivo rechaza la voluntad de la compañía de acogerse al Estatuto de los Trabajadores para indemnizar con 20 días por año trabajado a su personal. Los mismos interlocutores reclaman un programa de incentivos que compense las bajas previstas, máxime cuando el plan industrial prometido por la dirección ha sido descartado.
Durante la última década, la planta de automoción ha experimentado numerosos cambios de propiedad y localización. En 2009, la fábrica era propiedad de Valeo Sistemas de Seguridad, trasladó las instalaciones de Olesa a Martorelles. Posteriormente, U-Shin adquirió el activo aunque volvió a cambiar su sede hasta su emplamiento actual en el Baix Llobregat.
Sangría de trabajadores
En 2014, la nueva propietaria ejecutó un ERE mediante el cual desangró parcialmente la fuerza laboral del centro de trabajo. Pese a que la mercantil prometió buscar alternativas industriales para preservar la actividad, en 2016 se aplicó un salarial del 20% y en 2018 la firma de componentes fue adquirida por la multinacional japonesa.
Fuentes sindicales siguen reclamando un plan de viabilidad que asegure los puestos de trabajo, aunque se declaran escépticos sobre los resultados de la negociación. Mientras tanto, la sombra del cierre se cierne sobre la fábrica.