Las compañías energéticas se encuentran de nuevo en el ojo del huracán después de que el precio de la electricidad se haya disparado en pleno temporal provocado por la tormenta Filomena, lo que repercutirá en el recibo de la luz de enero. No obstante, un mercado mayorista tenso no es el escenario ideal para el sector; aunque pueda resultar paradójico, algunas cotizadas están notablemente perjudicadas en circunstancias como las actuales.
Sin ir más lejos, Endesa es uno de los ejemplos paradigmáticos. En la picota durante estos días en Cataluña debido a los cortes en el suministro padecido en numerosas localidades de la comunidad autónoma, la compañía dirigida por José Bogas ve también encarecida su particular factura cuando se produce un escenario de este tipo.
Víctima de las subidas
Debido a su elevada cartera de clientes, Endesa se ve obligada a acudir al mercado mayorista para adquirir electricidad para dar servicio a sus usuarios en épocas de elevada demanda, como la actual, debido a que la energía que genera no es suficiente.
De este modo, también se convierte en “víctima” de los elevados precios en el mercado mayorista, al que acude en estos casos para garantizar el suministro a sus clientes. Cuanto más elevados sean los precios, más difícil resultará para la compañía rentabilizar estas comprar u optimizar sus márgenes.
Fijación de precios
El encarecimiento del precio de la luz en estos días se debe a la subida de los precios en el mercado mayorista, cuyo peso en el recibo se encuentra algo por debajo del 40%. Este precio se fija a través de un pool en el que se cruzan la oferta de generación con las diferentes tecnologías con la demanda de las comercializadoras para el día siguiente.
Para determinar el precio final, a través de un complejo algoritmo, cabe tener en cuenta que el sistema es de tipo marginalista, de modo que, independientemente de la oferta que haya realizado cada tecnología, el último productor en entrar será el que fije el precio que, además, se establece por franjas horarias.
Recurir al carbón
En el caso actual, los precios se han elevado de forma notable por la tensión que ha provocado en el mercado el incremento de la demanda eléctrica como consecuencia del temporal, que ha dejado temperaturas extremadamente bajas. Se calcula que más de la mitad de un recibo medio de luz en los hogares está relacionado con los sistemas de calefacción y/o aire acondicionado.
En este punto, para dar respuesta a esta demanda, las empresas generadoras han tenido que recurrir a tecnologías que resultan más caras para el mercado. Los datos de Red Eléctrica confirman que la generación en plantas térmicas de carbón se ha incrementado un 12% en lo que va de mes en relación con el mismo periodo del año anterior.
El que contamina, paga
Una tendencia totalmente contraria a la experimenta por esta tecnología en los últimos años, en los que, además, se está procediendo al cierre de las plantas. Hasta tal punto que el carbón ha llegado a desaparecer en algunos días del mix. Es decir, ni un megavatio/hora de electricidad se ha generado en centrales térmicas.
Un mayor recurso a las plantas de carbón supone mayores emisiones de CO2, cuyo elevado coste (en aumento debido a la especulación en el mercado) debe ser asumido por las generadoras por el principio de que “el que contamina, paga”.
Ciclos combinados
Algo similar ocurre con las centrales de ciclo combinado aunque, en este caso, el factor que ha disparado su precio ha sido la subida del gas debido a la restricción de la materia prima desde Argelia, el principal proveedor de España.
La climatología adversa ha reducido la aportación de la energía fotovoltaica, en auge durante los últimos meses, lo que también ha contribuido a que el precio de la electricidad se haya disparado en pleno temporal.