La presidenta de Santander, Ana Botín, considera que ha llegado la hora de modificar la regulación bancaria para afrontar los desafíos que ha planteado la crisis derivada de la pandemia del coronavirus y que son diferentes a los de la anterior recesión, que motivaron precisamente gran parte de la normativa que rige actualmente en el sector.
“Las reglas deberían evolucionar a medida que cambian el mundo, la competencia y los riesgos. Dejemos de regular a través del espejo retrovisor”, sostiene la ejecutiva en una tribuna publicada en el prestigioso diario británico Financial Times.
Emplear más capital para prestar
En el artículo, Botín hace especial hincapié en los exigentes requerimientos de capital que, desde la anterior crisis, deben cumplir las entidades y que, en ocasiones, lastran su capacidad para financiar los planes de crecimiento de las empresas.
En este sentido, la banquera española considera que el ritmo de la tan ansiada recuperación económica sería más elevado si los bancos pudieran prestar más a las compañías mediante la utilización de una mayor cantidad de capital acumulado, algo que en estos momentos no es posible debido a las citadas exigencias.
Desplegar todo el potencial
Tras la anterior crisis, la regulación bancaria puso especial énfasis en procurar que las entidades estuvieran fuertemente capitalizadas debido a que los bancos se habían convertido en parte del problema por la debilidad que mostraron ante la situación que se generó a finales de la pasada década y que hizo que numerosas entidades tuvieran que ser rescatadas por los gobiernos.
Botín lamenta en el artículo que, como consecuencia de esto, la mayoría de los bancos no pueden desplegar plenamente el potencial de sus balances. Y que los requerimientos generan preocupación entre los inversores a la hora de mirar al futuro y calibrar qué ocurrirá cuando los efectos de la crisis comiencen a diluirse.
Digitalización y transición energética
En el corto plazo, propone que las autoridades estabilicen los requerimientos de capital y eliminen la incertidumbre sobre el marco de Basilea III adoptado tras la crisis financiera, así como la simplificación y calibración de la forma en que los bancos pueden calcular su liquidez y capital para absorber pérdidas.
La presidenta de la entidad española cree además que la regulación debe contribuir a que los bancos afronten con garantías una serie de desafíos como la digitalización y la transición energética. En su opinión, la normativa del sector debería facilitar que la banca financiara el camino de la energía verde.
Evitar la competencia desleal
Además, otro de los desafíos es el de la revolución digital. En este punto, Botín critica que las empresas tecnológicas han irrumpido con fuerza en el sector financiero pero, sin embargo, no están sujetas a la estricta regulación impuesta a los bancos, lo que se traduce en una competencia desleal.
La ejecutiva matiza que no pretende que las normas den ventaja a los bancos sino que eliminen las que actualmente tienen las tecnológicas para así lograr “nivelar el terreno de juego” y que la competencia sea real.