El XVI congreso de la UGT de Cataluña ha reelegido a Camil Ros como secretario general del sindicato. La revalidación de Ros llega de la mano de cambios significativos en la cúpula de la organización. El líder sindical ha incorporado como su mano derecha a Jordi Camallonga, que se convierte en su secretario adjunto, y a David Papiol como secretario de organización y coordinación interna. Por otro lado, Núria Solé será la número dos del sindicato y asciende desde su anterior puesto de secretaria de organización a la vicesecretaría de UGT en el territorio.
La candidatura de Ros y de Matías Carnero, presidente del sindicato en la comunidad, era la única que se sometía a escrutinio en el procedimiento interno. Los 353 delegados presentes en el cónclave han respaldado de forma mayoritaria la lista continuista de los actuales dirigentes: 266 de ellos han votado a favor (77%), mientras que 78 han votado en blanco y nueve han sido nulos.
Los miembros del secretariado
El resto de cargos de la ejecutiva, formada en total por 16 miembros, son Núria Gilgado (secretaria de acción sindical y coordinación externa), Omar Minguillón (secretario de la región metropolitana), Gemma Bescós (secretaria de administración) --hasta ahora era la directora financiera del sindicato--, José Antonio Pasadas (secretario de políticas sectoriales y transición justa) y Eva Gajardo (secretaria de igualdad y formación).
El resto de personas que dirigirán la actividad sindical en Cataluña son Enriqueta Durán (secretaria de política social), Sandra Cañete (secretaria de comunicación e imagen), Carlos de Pablo (secretario de política institucional), Sandra Zapatero (secretaria de trabajo autónomo), Demelsa Mateos (secretaria adjunta de organización) y Cecilio Limiñana (secretaria adjunta de región metropolitana).
Respiro para Pepe Álvarez
La reelección de Ros al frente de la federación catalana despeja el camino para que José María (Pepe) Álvarez pueda ser revalidado como secretario confederal. Además, la pequeña cuota de críticos expresada en la votación tranquiliza a unos cuadros dirigentes que no deseaban luchas orgánicas en plena crisis sanitaria y económica.
En marzo de 2021, el sindicato debe escoger a sus cargos a nivel nacional. En ese proceso, el apoyo de la cúpula catalana resulta indispensable. Tras la cita en Barcelona, y siempre que la pandemia no retrasa la agenda ugetista, el liderazgo de Álvarez podrá mantenerse previsiblemente durante otros cuatro años.