Empresarios y trabajadores del sector del retail se han concentrado esta mañana en la plaza Sant Jaume para reclamar a la Generalitat que les permita reabrir sus puertas.
Los centros comerciales ya no pueden más. Más de 3.000 comercios tuvieron que cerrar el pasado 30 de octubre, y de estos, un 85% son pequeñas y medianas empresas que ven muy lejos la reapertura de sus negocios.
Medidas de seguridad
Con el objetivo de proteger la salud tanto de clientes como de trabajadores, los centros comerciales han invertido más de tres millones de euros en acondicionar sus espacios a la nueva realidad.
Entre las medidas adoptadas se incluyen mecanismos para controlar el aforo, la supresión de los espacios de ocio, el incremento de la vigilancia para garantizar el cumplimiento de las normas y la introducción de dispensadores de gel en todos los accesos al recinto.
Govern ausente
Los colectivos implicados denuncian que la Generalitat no ha sabido dar una explicación justificada de por qué pueden abrir las tiendas con acceso en la vía pública, pero no aquellas integradas en centros comerciales. Una situación que consideran un agravio, debido al impacto que tiene en las finanzas de muchas empresas y familias.
En este sentido, alaban la forma de proceder de los gobiernos de Francia y Alemania. En estos países, los ejecutivos no consideran estos recintos como espacios de riesgo. De hecho, los contemplan como unos aliados para evitar las aglomeraciones en las calles, como las que se han visto en Barcelona este pasado puente.
Falta de entendimiento
Desde Pimec Comerç, una de las entidades firmantes del manifiesto, denuncian que “nadie” les hace caso, apunta Àlex Goñi, presidente de la patronal. Las diferentes agrupaciones empresariales afectadas se reunieron la semana pasada con representantes de la Administración.
“Nos reunimos con el vicepresidente [Pere] Aragonès, con el conseller [Ramon] Tremosa y con el doctor [Josep Maria] Argimon --afirma Goñi--, y la única justificación que nos dan es que “los comercios integrados en los centros comerciales no pueden abrir porque son espacios privados”, sentencia.
35.000 familias en juego
El drama social y económico se hace más evidente si se tiene en cuenta toda la gente que vive de estos espacios. Tal como apuntó Roger Gaspa, presidente de Foment Comerç: “Hay que tener muy en cuenta la realidad de los pequeños y medianos establecimientos que hay dentro de ellos, de los que viven 35.000 familias”.
Por otra parte, estos recintos ya perdieron las jornadas de Black Friday, que para ellos son especialmente cruciales porque “marcan el inicio de la Navidad, una época que supone un 30% de los beneficios anuales”, según explicó a Crónica Global Víctor García, de la Asociación Española de Centros Comerciales.