Seat refuerza sus lazos con el tejido económico a través de su participación en la Cámara de Comercio de España y la EIT-Urban Mobility, plataforma para impulsar el desarrollo de la movilidad urbana en la Unión Europea. La automovilística ha nombrado a sus nuevos representantes en el seno del organismo de dinamización y ahonda en la estrategia de cultivar relaciones con el empresariado que se inició durante la etapa de Luca de Meo.
A partir de ahora será el director de relaciones institucionales de Seat, Josep Maria Recasens, el encargado de representar a la compañía en la Cámara de Comercio de España. Este sustituirá en el cargo a Christian Stein, director de comunicación de la firma hasta su marcha a Renault. Asimismo, el director de Seat MÓ —el segmento de movilidad urbana—, Lucas Casasnovas, presidirá la Comisión de Movilidad de la Cámara.
Relaciones con el empresariado
Casasnovas tendrá como retos, además del impulso de la movilidad urbana y sostenible, impulsar el diálogo entre las partes para impulsar la cooperación público-privada en los cambios que se avecinan en el sector. Este refuerzo de Seat de cara al tejido económico supone la continuación de la estrategia abonada por Luca de Meo, que granjeó apoyos entre el empresariado catalán durante su etapa en la automovilística. De hecho, el italiano dejó buen sabor de boca entre los agentes económicos.
Ahora, con Wayne Griffiths al frente, fuentes de la empresa aclaran que “la estrategia no ha cambiado” y se busca reforzar la presencia en diferentes organismos que trascienden al sector del automóvil. Esto cobra más importancia en pleno desarrollo del vehículo eléctrico y la necesidad de de establecer sinergias entre compañías de diferentes ámbitos.
Al frente de la nueva movilidad europea
Además de presidir la Comisión de Movilidad de la Cámara, Casasnovas también ha sido designado como supervisor del EIT–Urban Mobility, una plataforma centrada en la innovación en movilidad urbana dentro de la Unión Europea. La iniciativa, que comenzó en 2018 y estará vigente entre siete y 15 años, contará con una inversión de 1.600 millones. La mayor parte, 1.200 millones, serán aportados por los socios, mientras que el resto correrá a cuenta de la Unión Europa.