La candidatura oficialista a la Federación de Servicios de Cataluña (FeSMC) se ha alzado con la victoria en el congreso de la sección sindical de la UGT. La lista encabezada por Óscar López Chamosa presidirá la ejecutiva de la federación durante los próximos cuatro años. López se ha impuesto con 181 votos frente a su rival, Joan Piqué, que ha obtenido 135 apoyos.
Los números dos y tres de la FeSMC serán Carmen Coronado Gallego, vicesecretaria general, y Juan Guerrero Macho, como vicesecretario adjunto. También se incorporarán a la ejecutiva Gloria Sánchez Corbella (secretaria de organización), Javier Extremera Villacillos (secretario de administración), Noemí Masferrer Casas (secretaria de igualdad), Moisés Berruezo Blanco (secretario de política sindical), Ruth Pastor Bel (secretaria de la región metropolitana) y Marc Belles Duch (secretario de formación y comunicación).
Camil Ros respira tranquilo
La elección de López allana el camino a la revalidación en el cargo de Camil Ros, actual secretario general de la organización en Cataluña, en las elecciones que deben celebrarse el próximo diciembre. La candidatura derrotada liderada por Piqué era favorable en un principio a un cambio en la cúpula del sindicato en la comunidad.
Por ello, estos resultados, además, facilitan la continuidad de Josep Maria (Pepe) Álvarez al frente de la secretaría general confederal del sindicato otros cuatro años más a partir de 2021.
Un congreso convulso
El encuentro de la rama de servicios ha estado marcado por las tensiones que arrastra la organización desde que emprendió la reelección de sus cargos internos. Tensiones que han derivado incluso en violencia física. Durante la mañana de este lunes, dos sindicalistas se han enzarzado en una pelea a tortazos después de una acalorada discusión sobre la oportunidad de celebrar el congreso en plena pandemia.
Tras esta convulsión aletea el silencio del actual presidente ugetista en Cataluña, Matías Carnero, que aún no se ha pronunciado de forma pública en apoyo a Ros. Su entorno más inmediato señala que la decisión de continuar en este cargo está prácticamente tomada y que se muestra partidario de repetir la dirección bicéfala como mínimo dos años más. Desde la organización se advierte que para muchos su apoyo al secretario general es clave para garantizar la estabilidad interna.
Posible denuncia
Otra de las polémicas del congreso de la FeSMC ha sido el proceso que se ha seguido para llegar a la elección de este lunes. El fin de semana el secretario confederal de Servicios, Miguel Ángel Cilleros (rival de Pepe Álvarez en el último congreso), decidió aplazar su celebración tras la recomendación de la Generalitat de que era preferible evitar una reunión con más de 300 personas. Pocas horas después, desde la secretaría confederal se anunció que no se daba apoyo a esta decisión y se imponía la celebración del congreso catalán.
Según los portavoces del sindicato, el argumento era que así se había pactado semanas antes entre las dos candidaturas rivales. Los mismos interlocutores señalan que el Govern nunca se opuso de forma directa a la celebración. Con todo, el malestar que se generó en Madrid aún colea. Desde el entorno de Cilleros señalan que estudian reclamar de forma pública incluso la dimisión de Álvarez por imponer el cónclave en el contexto sanitario actual. Además, otros interlocutores advierten de que hay rumores de reclamar por la vía judicial responsabilidad al sindicato por obligar a desplazarse hasta Barcelona a los delegados e invitados.
Coste de alquilar la infraestructura
También existen críticas por el coste en alquilar de urgencia las instalaciones de Fira de Barcelona en Montjuïc. Se apunta a que la factura superaría los 8.000 euros diarios que también se deberán abonar por la celebración del congreso catalán a mediados de diciembre. Estas voces aseguran que no es el mejor momento para asumir el coste de la organización, ya que la crisis del coronavirus ha obligado a aplicar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en el sindicato.
Pese a la victoria oficialista, los resultados ajustados de la votación confirman la fractura absoluta de la organización en Cataluña. La vitalidad del sector contestatario obligará a Ros (y a Álvarez) a emplearse a fondo para tender puentes entre ambas facciones. "La federación queda partida en dos tal como estaba, pero en el fondo esto no es bueno ni para Ros ni para Álvarez, porque ese 43% ha desafiado a todo el aparato tanto en Madrid como en Cataluña", aseguran fuentes internas. "El cielo no se ha despejado, se avecinan tormentas", rematan.