La cadena de moda Sueños Negros (Sune) ha abierto un nuevo establecimiento en Barcelona en la Rambla de Catalunya. El espacio, ubicado en el 109 de la céntrica avenida, entre las calles Rosselló y Provença, complementará la oferta de la marca en la capital catalana. Hasta ahora, Sune contaba con otros tres puntos de venta en la ciudad: dos en el Passeig de Gràcia y un tercero en la calle Calvet. Anteriormente, el local fue ocupado hasta 2016 por la mítica mercería La Selecta.
Carlos Clotet, socio fundador de la empresa, asegura que la operación estaba tomada antes del estallido de la crisis sanitaria. Al empresario no le ha temblado el pulso para sacar adelante un proyecto enfocado en la ropa femenina con la colaboración de firmas como Besha, Rabens Saloners, Samsoe o Despetits Shauts. Muchas de estas colecciones se ofrecerán en exclusiva mediante acuerdos con los fabricantes.
Apuesta por la moda sostenible
"El concepto es parecido al del resto de nuestros establecimientos. Solo que en este caso será más bien una boutique por las dimensiones del local", detalla Clotet. La tienda, con una superficie de 150 metros cuadrados, ha sido totalmente reformada con paredes de obra vista, suelos hidráulicos originales, madera de roble, mármol y plantas.
Con esta nueva apertura, Sune también quiere dar otro paso en favor de la moda sostenible: "Trabajamos con muchas marcas nórdicas que llevan años incorporando este criterio en sus procesos de fabricación. En España empezamos a detectar una tendencia del público hacia este tipo de ropa y queremos apostar por ella".
Nuevas oportunidades post-Covid
Sune ha sido asesorada en esta operación por la consultora inmobiliaria Laborde Marcet. Su directora, Ángela Sánchez, señala que algunos propietarios de las principales arterias de la capital están flexibilizando las condiciones de alquiler para acoger nuevos proyectos comerciales. "Ahora mismo estamos teniendo mucho volumen de trabajo. Tenemos grandes clientes que miran a futuro y diseñan sus planes para el próximo año", señala.
Tras el mazazo de la primera ola, algunos arrendadores ofrecen ahora descuentos significativos a los inversores. "Se trata de un win-to-win que compensa el ajuste de los precios a cambio de recuperar la actividad en un local", resume. Y señala las oportunidades que se abrirán tras la pandemia: "Durante los próximos meses van a producirse numerosas operaciones de este tipo debido al cierre de negocios por la crisis y la recuperación paulatina del consumo”.