El veto del gobierno municipal de Ada Colau al proyecto de construir una subsede del Museo Hermitage en el puerto de Barcelona podría llegar a costar 150 millones de euros a la ciudad. El bloqueo de la inversión, 100% privada, podría generar una indemnización millonaria a las arcas públicas.
Lo ha avanzado Metrópoli Abierta citando fuentes cercanas a un desarrollo que promueven el fondo Varia Hermitage Barcelona (80% de las acciones) y Cultural Development Barcelona, una empresa que pilotan el empresario ruso Valery Yarolaski y el arquitecto Eugenio Ujo Pallarés. Si estos inversores topan con el "no" municipal, podrían acudir a la justicia para pedir indemnizaciones.
El ayuntamiento dilata los plazos
Tal y como informó este medio, el Ayuntamiento de Barcelona está dilatando tanto como puede los plazos de respuesta a las alegaciones que presentó en junio la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) a la negativa municipal a autorizar la construcción del museo.
De hecho, el gobierno municipal de Barcelona en Comú y PSC está demorando tanto la respuesta que se ha pasado los plazos legales para contestarla formalmente. Ello, intuyen fuentes cercanas al proyecto, persigue desanimar a los inversores y que el Museo Hermitage no vea la luz. O se marche a otra ciudad, con Madrid encabezando la carrera para hacerse con una intervención de 50 millones de euros que crearía cerca de 400 puestos de trabajo.
Ocho años en espera
El no del Ayuntamiento de Barcelona al Hermitage cristalizó ocho años después de que los inversores trataran de formalizar el centro cultural en el puerto de la Ciudad Condal. Para ello se modificó el planteamiento de la Nova Bocana del puerto de Barcelona --detrás del W Barcelona u hotel vela--, reservando una parcela para uso cultural. El Puerto tiene la potestad de autorizar la concesión de la misma, pero el consistorio retiene el derecho de veto.
Es lo que ha hecho hasta ahora: vetar el museo. A principios de año, el gobierno local sociocomún anunció que no autorizaría la construcción por razones de presunta congestión turística, dudas sobre su viabilidad económica y sombras en la seguridad urbanística. Tras ello, trascendió que los informes que apoyaron esa decisión estaban viciados: eran de parte. Asimismo, afloró el interés de una filial de Alibaba Group de construir un outlet en la parcela si el Hermitage no ve la luz.