La propietaria de Trasmediterránea y el mayor grupo marítimo de España, Naviera Armas, se ha declarado en quiebra y ha llamado a sus acreedores para negociar una quita del pasivo de 800 millones de euros que acumula. La firma canaria ha sufrido el impacto de la crisis del coronavirus y la caída del turismo que se ha derivado a consecuencia.
Trasmediterránea ejecuta la principal conexión entre Canarias y Baleares con la Península. Sin embargo, los problemas económicos de la naviera se han agravado con la pandemia a causa de los menores desplazamientos tanto de autóctonos como de turistas. Según El Confidencial, la compañía ha contratado a Houlihan Lokey y a PwC para encontrar una solución a la situación financiera.
Sin liquidez para afrontar intereses
Fuentes citadas por el mismo medio aseguran que la naviera no cuenta con liquidez para abonar los bonos de 282 millones de euros que vencen en 2023 y que se tendrán que devengar en apenas tres meses. La firma tiene pendiente otra emisión de 300 millones con plazo hasta 2024 y con un pago de intereses fijado para el próximo 16 de noviembre. Entre los titulares de los bonos se encuentran Axa, Deutsche Bank y BlackRock.
Los bonos se cambian por debajo del 50% de su valor en estos momentos, tras el anuncio de la firma de que no podrá afrontar pagos. Entre los bancos acreedores figuran Santander, Caixabank, Bankia y Sabadell.
Impacto en el sector cruceros
El sector de cruceros es uno de los más perjudicados por el estallido de la pandemia. Ya en mayo Naviera Armas obtuvo unos 55 millones de financiación por parte del ICO, mientras que en agosto los fondos HPS y Apollo le prestaron otros 75 millones. Con todo, el grupo ya acumulaba un balance negativo de 260 millones tras la compra de Trasmediterránea a Acciona en 2018.
De hecho, desde finales de marzo, coincidiendo con el inicio de la pandemia, Moody’s rebajó la calificación crediticia de Bahía de las Isletas, matriz del grupo, hasta Caa2, que la sitúa como bono basura, por el impacto del coronavirus en sus resultados.