El Ayuntamiento de Barcelona ha iniciado las obras de reforma del Puerto Olímpico sin haber podido desalojar a las discotecas que operaban allí hasta el cierre gubernativo del ocio nocturno y la restauración. El gobierno municipal ha anunciado hoy martes, 3 de noviembre, que arrancan los trabajos de transformación de la marina deportiva con solo cuatro juegos de llaves de los 30 negocios de ocio nocturno que hay en la zona. ¿El resto? Pendientes del desalojo por parte de un juez.
Han informado de la actuación municipal la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, y el primer teniente de alcalde y responsable económico, Jaume Collboni, quien ha concretado que las obras y el proceso de desahucio "no son incompatibles". De hecho, la zona ya está vallada y el ayuntamiento prevé tenerla reformada a final de año "para el disfrute de los barceloneses".
Pendientes de la justicia
La reforma del Puerto Olímpico de Barcelona, no obstante, comenzará de forma provisional sin que sus inquilinos tengan a bien entregar las llaves de sus locales. La mayoría de operadores han hecho valer sus derechos como exconcesionarios ante los tribunales, por lo que serán los jueces los que determinen si pueden quedarse o deben marcharse del lugar.
En el ínterin, el ayuntamiento acometerá las obras temporales en 10.000 metros cuadrados de la dársena. Los trabajos concluirán con la creación de espacio "amable" para el ciudadano y, según Collboni, con el nacimiento de un polo de "economía azul".
Unos 200 empleos
El responsable del área económica de la Administración local ha apuntado a que se podrán crear unos "200 empleos de calidad" en el Puerto Olímpico atrayendo instituciones como el Centro Municipal de Vela, que estrenará sede en el reformado puerto, y similares. "Se impone explicar bien a la ciudadanía qué es la economía azul y por qué es tan importante para la ciudad", ha valorado el concejal.
Cabe recordar que la reforma del Puerto Olímpico es, por ahora, una de las tantas promesas incumplidas de la alcaldesa, Ada Colau. La edil avanzó en 2018 que expulsaría los locales de ocio nocturno este año, para transformar el espacio en un enclave "familiar". No ha podido ser por la férrea oposición de los operadores. El calendario, pues, se mueve ahora hasta fin de año.