Marcha atrás de Glovo. La compañía de reparto a domicilio rectifica su horario de entregas para ajustarse al toque de queda decretado en Cataluña entre las diez de la noche y las seis de la mañana.
Así lo han confirmado fuentes internas a Crónica Global. Un portavoz de la firma ha asegurado que desde este miércoles ningún rider circulará por Barcelona durante el horario restringido. La empresa argumenta que la normativa confusa de la Generalitat les había llevado a interpretar que podían entregarse ciertos productos a pesar de las restricciones. En concreto, los supermercados Glovo de la capital catalana operaban desde el pasado domingo sorteando la prohibición del gobierno autonómico.
Para dar mayor seguridad a sus trabajadores, la startup desactivará su aplicación móvil a altas horas de la noche para evitar la entrada de pedidos. Esta actuación ha sido verificada a este medio de comunicación por fuentes del personal.
Denuncia de los 'riders'
La reacción de Glovo llega horas después de que CCOO recibiera una cascada de quejas de los propios repartidores sobre los incumplimientos de la compañía. Carmen Juares, portavoz del sindicato en el sector del delivery, ha criticado la barra libre de Glovo y otras plataformas durante las primeras jornadas del toque de queda: "La app seguía activa ayer de madrugada. Uno de los repartidores nos aseguró que pudo acceder a la una y media y estaba funcionando. Si pudo entrar él, también pudieron entrar los consumidores", explica Juares.
"A otro trabajador le entró un pedido este martes a las 21.30, pero el restaurante no se lo sirvió hasta las 21.55. Nos dijo que tenía miedo de llevar la comida hasta el domicilio por si era sancionado", ejemplifica. Situaciones que se han acumulado durante los últimos días y que finalmente han obligado a la firma a enmendar su error.
Trabajadores desprotegidos
Pese a que la Generalitat precisó que los riders no podían moverse durante el toque de queda, Glovo llevaba días aceptando pedidos que rozaban el horario límite. Aunque los tickets llegaban dentro del periodo de actividad, el reparto se alargaba más allá de las diez de la noche. Además, la organización no tiene constancia de que la compañía haya proporcionado a su plantilla en ningún momento un justificante de movilidad para desplazarse sin miedo a las represalias.
Esta situación podía solucionarse fácilmente en el caso de los empleados regulares con una cuenta oficial de la empresa. Pero la gran bolsa de "sin papeles" que alquilan una autorización ajena dejaba desprotegido a un número muy importante de corredores. La rectificación de Glovo evitará que muchos de ellos se vean expuestos a multas que pueden llegar hasta los 6.000 euros.