Santander registró un beneficio ordinario de 3.658 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 41% menos que en el mismo periodo del año anterior, debido al impacto negativo de las provisiones por la crisis del coronavirus. La entidad ha publicado unas pérdidas contables de 9.048 millones de euros relacionadas con los saneamientos por fondo de comercio que arrastra desde comienzos del ejercicio.
En el tercer trimestre, el beneficio ordinario se redujo un 18% respecto al del periodo julio-septiembre de 2019, aunque la entidad resalta que la actividad ha experimentado una notable mejoría en relación con el trimestre anterior, como prueba el hecho de un incremento del 18% en los resultados gracias al recorte del 14% en las provisiones y un incremento del 7% en los ingresos.
5.000 millones a cierre de año
El banco asegura que la actividad se ha recuperado en el tercer trimestre prácticamente hasta las cotas que registraba antes del estallido de la pandemia del Covid-19.
La presidenta de la entidad, Ana Botín, apunta en un comunicado a que el beneficio ordinario de Santander estará en el entorno de los 5.000 millones de euros al cierre del año y que la ratio de solvencia se situará muy cerca del 12%, el límite máximo del objetivo fijado entre el 11% y el 12%. Hasta septiembre, la ratio se ha incrementado en 14 puntos básicos, hasta el 11,98%.
Ahorro de costes
Las cuentas de Santander también se han visto negativamente afectadas por los efectos del tipo de cambio, toda vez que el beneficio ordinario hasta septiembre se hubiera reducido un 33% y el trimestral solo un 4% sin este impacto.
La entidad también destaca el resultado de su estrategia de ahorro de costes en Europa, que se ha traducido en unos 500 millones de euros, por encima del objetivo fijado para todo el año. Santander espera alcanzar los 1.000 millones al cierre del año y se fija como objetivo lograr otros 1.000 millones hasta el cierre del ejercicio 2022.
Rentabilidad negativa
Por el momento, la ratio de morosidad sigue registrando un comportamiento a la baja. Concretamente, en los nueve primeros meses del año ha experimentado un descenso de 32 puntos básicos, hasta el 3,15%, mientras que la ratio de cobertura subió hasta el 76%.
La rentabilidad medida en términos de ROE sigue siendo uno de los caballos de batalla del banco, como de todo el sector, debido al escenario de tipos de interés negativos que la crisis amenaza con perpetuar. Hasta septiembre, Santander registra un ROE negativo del 8,54%, frente al 5,9% positivo del mismo periodo de 2019.
Sudamérica, la que más aporta
No obstante, la recuperación de la actividad en el periodo julio-septiembre ha hecho que la rentabilidad trimestral se haya situado en el 8,54% positivo, frente al -7,06% que obtuvo en el segundo trimestre de este año.
Por áreas geográficas, cabe destacar que la aportación de Sudamérica al resultado ordinario antes de impuestos (41%) fue superior a la de Europa (39%) en los nueve primeros meses de 2020. En el Viejo Continente, esta partida se redujo un 44%, circunstancia que la entidad atribuye a los menores ingresos por cliente, el incremento de provisiones por Covid-19 y el complicado entorno macroeconómico.
Evolución de ingresos por cliente
Mientras, en Sudamérica el recorte del beneficio fue notablemente más contenido, en concreto el 10%, gracias a que las dotaciones por la crisis sí pudieron ser parcialmente compensadas por la buena evolución de los ingresos por cliente.
Por su parte, Norteamérfica tuvo un comportamiento similar, con una caída del beneficio ordinario del 12%.
Caída del beneficio en España
En España, la caída del resultado ordinario fue superior a la registrada en Europa, un 58%, hasta 497 millones de euros. No obstante, el banco destaca la mejora del 53% obtenida en relación con el dato del segundo trimestre gracias a la citada recuperación de la actividad, que se ha traducido en mayores ingresos por cliente.
Desde el inicio de la crisis, Santander ha concedido créditos a empresas y autónomos por valor de 72.000 millones de euros, de los que algo más de un 38% fueron a través de las líneas de avales aprobadas por el Gobierno a mediados del pasado mes de marzo y articuladas a través del ICO. Como consecuencia, Santander ha logrado rebajar su ratio de morosidad en España en 125 puntos básicos, hasta el 5,98%.