Santander volverá a reducir su plantilla en España como parte de su estrategia para reducir costes en toda Europa, con el que persigue obtener unos 1.000 millones de euros en los dos próximos años. El ajuste, que comenzará a negociar en breve con los sindicatos, llevará aparejada una limitación del número de oficinas.
El consejero delegado y vicepresidente de la entidad, José Antonio Álvarez, ha explicado que la medida se enmarca en el plan denominado One Europe de Santander, uno de cuyos objetivos es prolongar el ahorro de costes en el Viejo Continente que tan buen resultado le ha dado en 2020. El ajuste afectará también al negocio de la entidad en Portugal, Reino Unido y Polonia.
Adaptarse a los tiempos
El One Europe supondrá tanto una simplificación del catálogo de productos financieros como cambios en el modelo de distribución. En este último punto, la entidad ha tenido en cuenta el notable incremento de las transacciones a través de canales digitales y la caída de la actividad en las oficinas. Un factor que la pandemia del coronavirus ha acrecentado pero que Santander ya venía observando previamente.
“Hay que adaptarse al modelo de negocio de hoy”, ha indicado Álvarez en la rueda de prensa en la que ha presentado los resultados del tercer trimestre. El ejecutivo ha señalado que antes del estallido del Covid-19 la operativa a través de internet ya crecía por encima del 40% mientras que en oficinas mostraba un descenso del 8%. En la presentación de sus resultados, la entidad ha destacado que el 45% de sus clientes ya son digitales.
Negociar con los sindicatos
De esta forma, Álvarez ha confirmado la información publicada por el diario Expansión, que habla de un ERE que afectaría a unos 3.000 trabajadores. “Desconozco la cifra. Lo que podemos decir es que cuando tengamos el plan se lo presentaremos a los representantes de los trabajadores y empezaremos a negociar con ellos las condiciones”.
En cuanto a la forma de llevar a cabo la reducción de plantilla, Álvarez ha descartado medidas traumáticas y se ha referido como modelo a operaciones previas. “Lo haremos de forma correcta, como siempre lo hemos hecho. Tenemos que hablar con los trabajadores e saber cuáles son sus intenciones y quiénes quieren seguir trabajando para el banco”, lo que deja la puerta abierta a la posibilidad de establecer un plan de bajas voluntarias.
Ampliar carencias
Álvarez también se ha referido al programa de ayudas para la recolocación de trabajadores afectados por este tipo de procesos que ejecutó el banco en su anterior ajuste, tras tomar el control de Banco Popular, y ha insinuado que podría tener continuidad dado que “ha funcionado muy bien”.
Por otro lado, Santander ha confirmado que el sector financiero se encuentra en conversaciones con el Gobierno con el fin de poder ampliar las carencias de los préstamos concedidos en su día con los avales del ICO, que contemplaban un vencimiento a cinco años y una carencia de uno.
BCE se pronunciará en diciembre
“Acabaremos por llegar a un acuerdo con el Ministerio de Asuntos Económicos porque igual que no tiene sentido sostener empresas que no van a ser viables tampoco lo tiene dejar caer a otras que sí lo son”.
En cuanto al dividendo aprobado este martes por la junta de accionistas del banco, que debería hacerse efectivo en 2021, Álvarez aseguró que en todo momento seguirán las recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE) que, por ahora, se mantiene en el veto a la remuneración a los accionistas de las entidades que están bajo su supervisión. “Esperamos que se pronuncien en diciembre y actuaremos conforme a lo que consideren más oportuno”.