Hace tres años desde que Marc Coloma y Bernat Añaños fundaron Heura, una startup de carne vegetal con base en Barcelona. En ese tiempo la compañía ha logrado penetrar en nueve países, está presente en 3.000 puntos de venta y cuenta entre sus clientes con el Celler de Can Roca. Pese al golpe de la pandemia, la previsión para este año es de incrementar la facturación hasta los nueve millones de euros, aunque la empresa todavía está lejos de dar beneficios. Eso resulta secundario en estos momentos para estos “activistas alimentarios”. “Buscamos generar una opción que sea sucesora de la carne”, apunta Coloma, CEO de la firma.
--Pregunta: ¿Cómo ha sido el bagaje desde que fundaron Heura en 2017?
--Respuesta: Una pasada. Se dice que un año de vida de perros son siete de humanos y lo mismo pasa con un año de vida del emprendedor. Es acelerar el aprendizaje. Es interesante cómo empezamos nadando muy a contracorriente en el estado de la mentalidad y cómo el río está cambiando muy a favor. La misión de Heura es empoderar a la gente y provocar un cambio positivo en el sistema alimentario, que se traslada a una transición proteica. Somos activistas alimentarios y para nosotros es importante concienciar sobre el impacto de la comida.
--¿Está asentado en España ese activismo alimentario?
--El ritmo de cambio en las sociedades actuales es vertiginoso. Hace tres años sentía que era algo muy emergente y la gente nos decía que la sociedad no estaba preparada. Este último año nos están llamando y nos dicen que no paran de recibir pedidos. Hay un impulso social que está reforzando este cambio y va mucho más allá de nosotros.
--El consumo de carne vegetal se asocia al consumidor milenial, ¿es así?
--La reducción de carne es la tendencia alimentaria más grande en todo el mundo. Eso pasa porque no depende solo de un segmento de la población, sino que es una transformación transversal. Lo que cambia es la motivación. Si el público milenial valora el impacto positivo en el mundo a través del cuidado del medioambiente y la protección de los animales, la gente más sénior lo hace más por salud. Hay datos de que el 42% de la sociedad española está reduciendo su consumo de carne, un año antes era un 30%.
--¿Queda un trabajo de concienciación?
--Hay un trabajo de concienciación en conocer la importancia de la carne vegetal como una herramienta transformadora. El principal reto que tiene la humanidad es la ganadería, a nivel sanitario y ambiental. Está avanzando tanto la conciencia que hasta las grandes cárnicas del país se están lanzando a esta categoría viendo una oportunidad y redefiniéndose a sí mismas como empresas alimentarias.
--Y frente a esos grandes grupos ustedes han logrado posicionarse.
--La clave es construir desde una esencia. Eso te da autenticidad. Nosotros no estamos impulsando un producto, sino una solución a un problema. La gente busca algo más que productos, busca marcas con un impacto.
--¿Cómo consiguen esa apariencia tan similar a la carne?
--Estudiamos qué es lo que hace carne: lo que vemos son proteínas, grasas, minerales y agua. Eso también está en los vegetales y desarrollamos diferentes sistemas para conseguir la misma experiencia, pero con todos los beneficios.
--La mayor brecha estaba en el sabor.
--Exacto. Sentíamos que la forma de generar el cambio era ayudar a la gente a conectar con nuestros retos, pero sin cambiar las formas de disfrutar la comida. Los momentos más importantes de nuestra vida suelen estar alrededor de la comida y en el centro del plato suele haber carne. Las legumbres también son un facilitador del cambio. Intentamos comer aquello que nos gusta sin dañar nuestra salud, al planeta ni a los animales. La esencia de la carne vegetal coge algo como el sabor, que es lo que valoramos, y lo resuelve de una manera mejor sin usar un intermediario problemático como los animales.
--¿Cuál es la presencia de Heura en el mercado?
--Estamos en nueve países, aunque nuestro principal mercado es España. Vamos de la mano de cadenas de restauración como Pans and Company, Udon y todo tipo de conceptos culinarios: Desde el restaurante de la esquina hasta con estrella Michelin. También en retail estamos en supermercados regionales y nacionales.
--Terminaron 2019 con 2,5 millones de facturación, ¿qué previsión hay para este año?
--Tenemos una previsión de cerrar con nueve millones de facturación. Desde el año pasado somos la startup europea de carne vegetal con más crecimiento.
--Con ese crecimiento, ¿está afectando la pandemia?
--Sí, porque facturaremos menos de lo previsto. Un 35% de nuestros ingresos provenían del canal Horeca y los restaurantes lo están pasando muy mal. Lo que sí que vemos es que en los supermercados la carne vegetal ya forma parte de manera recurrente de las cestas de los españoles.
--¿Consigue Heura ganar dinero?
--Heura no es rentable actualmente ni lo será en los próximos años. Estamos priorizando la construcción del futuro y, sobre todo, acelerar este impacto positivo en el mundo a través de la reducción de agua y CO2. Somos una compañía enfocada a una misión social. Además, esta expansión que estamos haciendo y esta inversión en I+D nos lleva a buscar inversores que nos ayuden a acelerar esta transición proteica.
--¿Se han pausado operaciones de expansión por la pandemia?
--Las está ralentizando, pero somos inconformistas y miramos hacia delante.
--¿Harán alguna ronda de financiación en los próximos meses?
--Para poder seguir teniendo el impacto que tenemos, el año que viene realizaremos una nueva ampliación de capital.
--¿Cuáles son los planes en el futuro inmediato?
--Nos basamos en tres bloques: seguir comunicando el coste de la alimentación, seguir expandiendo los productos a más puntos de venta y más países, y seguir desarrollando más productos y hacerlo de una forma cada vez excelente en su sabor, nutrición y en la facilidad de acceso.
--¿Qué les diría a quienes dicen que la carne vegetal es una moda condenada a pasar?
--Es un comentario similar al de quienes decían que internet sería algo que venía para pasar. Vamos a ser más de 10.000 millones de humanos en un planeta finito y tenemos que reconsiderar la forma en la que comemos.