El fabricante angloholandés de productos de consumo Unilever alcanzó una facturación de 38.622 millones de euros en los nueve primeros meses del año, el 1,8% menos que en el mismo periodo del año anterior al verse penalizado por el impacto adverso del tipo de cambio.
Sin este efecto y sin contar con las variaciones del perímetro contable, los ingresos de la compañía se hubieran incrementado el 1,4% hasta septiembre.
Crisis reputacional
Unilever sufrió este verano una notable crisis reputacional en Cataluña debido a la decisión de eliminar en este territorio el castellano de la rotulación de los productos de la marca Frigo, de la que es propietaria.
La polémica generada a raíz de esta decisión y el miedo a un boicoteo de estos productos obligó a la compañía a rectificar y hacer que el español volviera a figurar en los carteles de la conocida enseña de helados.
Activista del 'procés'
En su día, Unilever fue acosada por la organización Plataforma per la Llengua por no etiquetar sus productos en catalán, actuación que también siguió contra otras compañías.
La presión surtió efecto en la división de helados de la multinacional, cuyo vicepresidente, Xavier Mon Companys se mostró en su día muy activo en defensa del procés, hasta el punto de eliminar el castellano de sus rótulos y etiquetados, lo que generó una fuerte polémica.
Entorno complicado
El área de alimentación de Unilever ha recortado sus ingresos el 1,3%, hasta 14.762 millones, aunque no ha sido la más afectada por la caída de facturación. Este lugar le corresponde a la unidad de productos de hogar, cuyas ventas han descendido el 2,3% en los nueve primeros meses del año.
"Hemos tenido un buen desempeño este trimestre", afirmó Alan Jope, consejero delegado de Unilever. "El entorno en el que estamos operando seguirá siendo impredecible a corto plazo, por lo que continuaremos manteniendo la velocidad y agilidad de nuestra respuesta", añadió.