Iberdrola culmina el llamado a ser el año más inversor de su historia (con un objetivo de 10.000 millones ratificado este miércoles) con una operación tras la que llevaba varios años: la adquisición de una compañía en EEUU que reforzara el pilar del negocio regulado. El que seguirá siendo la base de su estrategia de futuro junto con una firme apuesta por la eólica marina, dentro del ámbito de las renovables, según se reflejará en los planes que la compañía presentará al mercado dentro de dos semanas.

De hecho, la anunciada adquisición de PNM Resources estaba llamada a ser una de las grandes novedades de la actualización estratégica que la energética que preside Ignacio Galán dará a conocer el próximo 5 de noviembre. Pero determinadas filtraciones sobre lo avanzado de la operación han precipitado los acontecimientos.

Adelantar inversiones

En realidad, la revisión del plan estratégico debería haber estado lista y ser dada a conocer hace seis meses, a comienzos de mayo. Para entonces, Iberdrola tenía pensado anunciar que el traje que encargó en 2018 para los próximos cinco años se le había quedado muy pequeño en apenas dos. El estallido del coronavirus obligó a cambiar el paso… pero sólo relativamente.

Desde el inicio de la pandemia, Galán insistió en la idea de que la situación demanda adelantar lo máximo posible las inversiones. Todo lo que se pudiera. Y eso es exactamente lo que ha hecho Iberdrola, incluida ésa de EEUU que tanto se le resistía.

Ampliar fronteras

Al mismo tiempo, la eléctrica ha adelantado trabajo durante este ejercicio que para la mayoría será, en el mejor de los casos, de transición. Los efectos del Covid-19 impedirán a Iberdrola presentar los números espectaculares que iba a desgranar en mayo, con perspectivas de crecimiento en zona de dos dígitos. Pero no alterarán un camino que ya se ha dedicado a apuntalar de manera firme durante los últimos meses.

Parte de las inversiones que ha realizado durante la pandemia (más de 6.600 millones de euros) tienen como protagonista el ámbito de la energía eólica marina. Iberdrola ya lleva años apostando con fuerza por él pero, sin embargo, sí ha sorprendido la apertura de fronteras hasta ahora inéditas para la empresa como Suecia y Japón, entornos donde todo está por hacer en este campo.

Pioneros

“Nosotros empezamos la transición energética hace 20 años y ahora queremos beneficiarnos de nuestra experiencia en otros países. Siempre hemos ido por delante de la competencia. ¿Por qué no aprovechar ahora nuestro potencial en países como Japón?”, apuntó Galán en respuesta a los analistas.

Antes fue EEUU, donde ahora cuenta con varios proyectos en diversas fases de desarrollo en este campo. La cartera en Suecia y Japón, con proyectos a más de diez años vista, supera los 10.000 megavatios en este tecnología, por la que la compañía seguirá echando el resto.

Crecer en redes

Como contrapeso de lo más novedoso, lo más tradicional, a lo que responden operaciones como la compra de PNM Resources. La apuesta por el negocio regulado que, en el caso de Iberdrola, tiene a EEUU y Brasil como sus principales bazas, especialmente este último mercado. En los nueve primeros mese del año, el 70% de las inversiones que Iberdrola ha llevado a cabo en redes ha sido en estas dos plazas, con un montante superior a 1.700 millones de euros.

Iberdrola valora la presencia de PNM en renovables y los proyectos con los que cuenta en estados como Nuevo México y Texas, en los que ya estaba presente con su filial Avangrid. Pero, sobre todo, los cerca de 170.000 kilómetros de redes que tendrá en cartera cuando se consume la fusión entre ambas.

Más ambición de la UE

La compañía enmarca la transacción en la estrategia seguida durante las últimas dos décadas: operación de carácter amistosos, centrada en el negocio regulado y las renovables, en países con buena calidad crediticia y seguridad jurídica. La inversión en redes también tendrá como protagonista a Europa. Galán ha dejado claro en sus últimas apariciones públicas, y volvió a hacerlo este miércoles ante los analistas, que la Unión Europea debe ser aun más ambiciosa en su política de reducción de emisiones de gases contaminantes y, para ello, es fundamental la inversión en redes.

Junto a la eólica marina, el hidrógeno formará parte de la primera línea de fuego de Iberdrola en el campo de las energías limpias. En este punto también quiere ser de las que abra camino. Ya ha creado una división específica con vistas a explorar las múltiples posibilidades de negocio que presenta.