El grupo Raventós Codorníu buscará con la campaña de Navidad un revulsivo para salvar las cuentas tras el impacto de la pandemia y la caída del negocio en la restauración. El nuevo consejero delegado del grupo, Sergio Fuster, ha reconocido este jueves que tras la “pausa temporal”, las previsiones son “optimistas” para los próximos meses.
Durante la presentación de la campaña Vivir para celebrar, que ha contado con la presencia de la actriz Amaia Salamanca, Fuster ha dado algunas pinceladas sobre el futuro inmediato de la compañía en el contexto actual, marcado por la pandemia. El ejecutivo, que tomó posesión del cargo el pasado junio, ha asegurado que el sector del cava comienza a dar signos de recuperación tras la caída del consumo durante los meses más agrios de la alerta sanitaria.
Dependencia de la hostelería
“Para un negocio social y tan dependiente de la hostelería esto ha sido una pausa temporal. Nos estamos encaminando cada vez hacia cosas más positivas tanto para Navidad como para lo que viene después”, ha subrayado Fuster.
El nuevo consejero delegado ha sustituido en el cargo a Ramón Raventós y tendrá como principal cometido consolidar la internacionalización del grupo vitivinícola. La compañía, en propiedad del fondo Carlyle desde 2018, ya acometió un expediente de regulación de empleo (ERE) sobre 70 trabajadores el año pasado. Ahora, Fuster ha asegurado que la crisis del coronavirus no supondrá un escollo importante para el salto al exterior de la empresa. “Nuestros planes siguen su curso y van mucho más allá de dos o tres meses”, ha manifestado.
El grupo viticultor reconoce que el incremento del consumo de cava en los hogares no resulta suficiente para compensar la caída del canal Horeca. Con todo, se muestran optimistas de cara a los próximos meses. Codorníu señala que las ventas se encuentran en una “rampa cada vez más positiva” y consideran que la campaña de Navidad supondrá la “reanimación” del sector.