A la carta, de forma específica para cada usuario, porque ese es el servicio que más se puede apreciar y el que, de hecho, se necesita. Lo han entendido muchas empresas, en ámbitos distintos, y lo hace ahora el Banco Santander para atender a sus clientes. Se trata de Santander One, una cuenta para sustituir a las anteriores, desde la Cuenta 123 a la Cuenta Zero o la Cuenta Día a Día. La nueva operativa verá la luz el próximo 5 de noviembre.
La entidad que preside Ana Patricia Botín ha apostado por un nuevo modelo de cuenta corriente para particulares y empresas con la operativa esencial gratis y solo para clientes vinculados y planes premium a los que podrán suscribirse los que busquen servicios extra. Es, por tanto, una cuenta con servicios a la carta que podría ser el principio de una nueva tendencia, la de ofrecer cuentas corrientes personalizadas en función de las necesidades del cliente, explican fuentes del comparador de cuentas sin comisiones HelpMyCash.com.
Pagos distintos y por servicios
Sin embargo, habrá condiciones. Santander One costará 240 euros al año (20 euros al mes) para los clientes que no cumplan los requisitos de vinculación del banco y será gratis para aquellos que domicilien su nómina o su pensión, tres recibos y tengan un producto de financiación, de inversión o un seguro contratado. Lo que se busca es la fidelidad y los clientes que han seguido desde hace años en la entidad.
Aquellos que solo tengan sus ingresos o un producto extra, pagarán la mitad: 120 euros al año (10 euros al mes). Los clientes vinculados no pagarán comisiones ni por la cuenta, ni por las tarjetas, ni por las transferencias nacionales ni por Bizum, por lo que no notarán la diferencia en cuanto al precio, ya que podrán seguir operando gratis, pero aquellos que no lo estén, sí. Actualmente, la Cuenta Zero cuesta 144 euros al año para clientes no vinculados.
¿Cambiará la banca hacia un sistema de suscripción?
¿Pero es el modelo hacia el que van todas las entidades, una especie de banca por suscripción, como si fuera, efectivamente, Netflix respecto a las películas?
Que un banco cobre a los clientes menos vinculados no es novedad; de hecho, es la tendencia actual. La gran revolución del Santander, no obstante, es que sus clientes podrán personalizar sus cuentas y contratar por tres euros al mes (seis euros en el caso de las empresas) una serie de servicios de suscripción con ventajas extra.
Por ejemplo, los más viajeros podrán suscribirse al servicio Plan Santander One Viajes que les permitirá sacar dinero sin límites en todo el mundo y pagar en otra moneda sin comisiones. El Plan Santander One Atención VIP ofrece atención personalizada los siete días de la semana a cualquier hora, el programa One Pagos está pensado para hacer transferencias nacionales inmediatas e internacionales, así como para ingresar cheques en oficina y el plan Seguridad Digital ofrece un servicio de protección familiar. Es decir, a la carta para unos determinados clientes que así lo necesiten.
El nuevo modelo de suscripción, estilo Netflix, del Santander abre una nueva vía a la banca: ofrecer a los clientes la posibilidad de personalizar los servicios de sus cuentas a cambio de una tarifa fija, un modelo que ya siguen algunos neobancos que ofrecen una cuenta gratuita y planes de pago con servicios añadidos, según fuentes de HelpMyCash. Sin embargo, hasta ahora ninguno de los grandes bancos españoles había apostado por un servicio freemium, lo que podría anticipar una nueva tendencia en el sector bancario. Habrá que ver si otras entidades copian el modelo de suscripción del Santander.
¿Qué es singular?
Algunos de los servicios extra que ofrece el Santander en sus paquetes de pago se pueden contratar gratis en otros bancos. En este sentido, los expertos de HelpMyCash reflexionan que “no hace falta hacerlo todo con el mismo banco, ya que podemos contratar los mismos servicios en otras entidades sin coste”. Por ejemplo, son varios los bancos con los que se puede sacar dinero gratis en el extranjero y pagar en otra divisa sin coste. “¿Por qué ser clientes de un solo banco cuando podemos serlo de más de un uno y ahorrar?”, se preguntan desde el comparador.
“Debemos ser consumidores inteligentes, es decir, comparar la oferta de cada banco para encontrar los productos más interesantes para nosotros”, explican. Tener una segunda cuenta corriente en otro banco nos permite no solo acceder a más servicios, sino pagar menos y ahorrar. Por ejemplo, los clientes vinculados del Santander podrán seguir realizando su operativa básica gratis (transferencias, pago con tarjetas, etc.), pero si quieren servicios extra, pueden valorar si los planes de pago son lo suficientemente competitivos o si pueden abrir una segunda cuenta en otro banco y obtenerlos gratis.
Tener servicios, sin vincularse
Mientras que los clientes vinculados podrán operar sin coste (el Santander se refiere a su nuevo modelo como una “cuenta única asociada a servicios esenciales con cero comisiones”), aquellos que no puedan cumplir todos los requisitos de Santander One tendrán que pagar.
En todo caso, mientras que los grandes bancos tienden a eliminar las comisiones solo a los clientes vinculados (CaixaBank, Banco Santander, Banco Sabadell…), la banca online sigue siendo gratuita, incluso para aquellos clientes que no se vinculan y, además, ofrece servicios de valor añadido sin coste o con un coste inferior al de la banca tradicional. De hecho, en la banca online se pueden obtener servicios gratis que Santander propone como de pago como, por ejemplo, la posibilidad de sacar dinero en el extranjero y de cambiar divisas gratis.
A cada necesidad, una respuesta
Así que, de momento, aquellos que necesiten una cuenta corriente gratuita o que quieran tener dos cuentas y no quieran pagar por ninguna, a pesar de que solo se vinculen con un banco, pueden recurrir a las mejores cuentas bancarias sin comisiones con las que podrán operar gratis, pagar con tarjeta, sacar dinero y hacer transferencias sin pagar ni un euro.
Es el nuevo mundo que también ha afectado por completo al sector de la banca, que busca nuevos servicios, consciente de que los tradicionales apenas ofrecen márgenes satisfactorios, y todo ello en un contexto de bajos tipos de interés y una demanda de crédito prudente por la incertidumbre de la situación.