El sector energético chino se ha rendido a los encantos del ambicioso plan español para el desarrollo de las energías renovables. El conglomerado Shanghai Electric se convierte en el segundo gigante del país asiático que aterriza en el país en busca de oportunidades en un negocio que prevé una inversión superior a los 240.000 millones de euros en los próximos diez años.
La compañía sigue los pasos del gigante de la ingeniería Powerchina, que acaba de abrir en Madrid su primera oficina en Europa Occidental, como adelantó Crónica Global.
Del carbón a las renovables
Controlada por el Gobierno chino y por los órganos ejecutivos del Partido Comunista, Shanghai Electric es una empresa centenaria que ha pasado por varias refundaciones hasta la definitiva, a comienzos del presente siglo. Pese a que tradicionalmente el grupo ha estado centrado en la producción de electricidad con fuentes térmicas, en especial centrales de carbón, pasa por ser uno de los pioneros a la hora de desarrollar las energías limpias en el gigante asiático.
Precisamente, el último proceso de transformación de la compañía consistió en su adaptación al mundo de las energías renovables, aunque sin abandonar el negocio tradicional, bajo el lema “servir al ciudadano con la oferta de energía verde”, que actualmente rige su estrategia.
Momento oportuno
Como la mayoría de los grandes conglomerados empresariales públicos, Shanghai Electric es una compañía cotizada en el mercado local, con una capitalización bursátil en torno a los 15.000 millones de dólares. Se trata de una de las mayores compañías bajo el control del brazo inversor del Gobierno chino en materia energética.
El aterrizaje de Shanghai Electric, con una oficina de representación en Madrid, llega en un momento más que oportuno en el desarrollo de las energías renovables en España, con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética en sus últimos trámites parlamentarios y la puesta en marcha de próximas subastas, aunque aún con los mecanismos de las mismas por definir.
El papel de los fondos europeos
Además, el proceso de descarbonización de la economía, de la que España es uno de los líderes dentro de la Unión Europea, contará con fondos adicionales procedentes del Presupuesto comunitario, toda vez que está previsto que el 30% del fondo de reconstrucción que llegue al país se destine a proyectos relacionados con la lucha contra el cambio climático.
Esta circunstancia añadirá algo más de 40.000 millones a la inversión ya prevista por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec), que prevé una elevada participación por parte del sector privado, concretamente el 80%. En este ámbito encaja la estrategia de Shanghai Electric. Su nombre ya fue en su día relacionado con la operación de venta de activos de energía solar por parte de Zero-E, filial de ACS, ejecutada en las primeras semanas del presente año, aunque finalmente fue la portuguesa Galp la que protagonizó la transacción.