El frenazo de la actividad económica como consecuencia de la extensión del Covid-19 y la declaración del estado de alarma ha tenido un reflejo catastrófico en el tejido empresarial español, compuesto en su mayoría por sociedades de pequeño tamaño y con menos de cinco trabajadores. En la primera mitad del año han desaparecido algo más de 103.000 empresas en todo el país, la mayor parte como consecuencia de los efectos de la pandemia.
En total, la destrucción neta de empresas durante los seis primeros meses del año se ha quedado en poco más de 67.000, de acuerdo con los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) gracias a que en el mismo periodo se han constituido 36.770 nuevas sociedades adscritas al régimen de la Seguridad Social.
El alivio de los ERTE
En cualquier caso, el impacto en la línea de flotación del tejido empresarial español no tiene precedentes en tan corto espacio de tiempo. Las cifras afloran que la crisis provocada por el coronavirus ha llevado a la desaparición al 7,7% de las sociedades registradas en España al cierre de 2019.
Los efectos también se han dejado sentir en el mercado laboral, aunque atenuados en este caso por los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), gracias a los cuales se han podido salvar millones de puestos de trabajo y también decenas de miles de empresas que se hubieran visto abocadas al cierre, además de las que lo han hecho, de no contar con un instrumento que les permitiera mantener a sus trabajadores en una situación de inactividad temporal.
Situación extrema en abril
Las cifras también se han visto suavizadas por la progresiva vuelta a la actividad económica cuando se inició el periodo de la llamada desescalada, antes incluso de que se pusiera fin al estado de alarma.
La situación más grave se dio al cierre del mes de abril, en el que la destrucción neta de sociedades en lo que iba de año rozó la cifra de 107.000, es decir, casi 40.000 más que al cierre del semestre. A partir de la primera semana de mayo comenzó la flexibilización de las medidas impuestas para evitar la propagación del virus, con la apertura de algunos comercios aunque, por entonces, aun con notables limitaciones de aforo y actividad.
Un tercer trimestre al alza
La economía española registró en el segundo trimestre de 2020 la peor evolución de la serie histórica, con una caída del PIB del 18,5% en términos intertrimestrales. El estado de alarma decayó apenas diez días antes de que finalizara este periodo. Sin embargo, el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social ya indicó que los efectos negativos de la crisis en el empleo y en la creación neta de empresas empezaban a remitir a partir de mayo, lo que se ha confirmado tanto en este mes como en el de junio.
Por su parte, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha adelantado que la economía española crecerá por encima del 10% en el tercer trimestre, lo que supone un indicio de que la peor parte ara el tejido empresarial ha pasado ya.